Los neandertales están de moda. Vivieron en Europa desde hace más de 300.000 años y parece que desaparecieron hará unos 40.000 años. Es posible que los últimos neandertales fueran andaluces, lo que nos acerca a este homínido secular, del que cada día sabemos más, pero del que todavía, nos queda mucho por descubrir.
La arqueología, a pesar de ser la ciencia que estudia el pasado más remoto, es, sobre todo, una vanguardia científica que cabalga sobre el asombro de los nuevos descubrimientos. Mirar hacia atrás, hacia nuestro origen, es remover el misterio de nuestra esencia. Somos lo que un día, de repente, comenzamos a ser. ¿Por qué?,¿Cómo? son preguntas de muy difícil respuesta científica. Sin embargo, la luz de la ciencia sí nos permite responder a otras dos de las preguntas fundamentales, el quiénes y, sobre todo, el cuándo. ¿Quiénes y cuándo se pintaron nuestras cuevas con esas maravillosas pinturas rupestres? Pues hasta hace dos días pensábamos que nosotros, los Homo Sapiens Sapiens, éramos los autores del arte parietal y que la antigüedad máxima rondaría los 40.000 años. Pues bien, toda esa creencia acaba de saltar por los aires. Un riguroso estudio realizado por científicos de primer nivel de Alemania, Reino Unido, Francia y España han datado algunas pinturas rupestres de tres cuevas españolas, La Pasiega, Maltravieso y Ardales, con una sorprendente antigüedad, superior a los 65.000 años. O sea, que no pudimos haberlas dibujado nosotros, ya que la ciencia considera que no alcanzamos Europa hasta hará unos 40.000 años. Y si no fuimos nosotros, sólo pudieron hacerlo los anteriores inquilinos de nuestras tierras, los vilipendiados neandertales, antes considerados como una simple bestia peluda y hoy consagrados como consumados artistas, que así de voluble y caprichosa se muestra a veces la ciencia.
He tenido la oportunidad de conocer las pinturasdatadas y de hablar con algunos de sus investigadores, en especial con José Ramos y Pedro Cantalejo, dos científicos andaluces cuya aportación al conocimiento de nuestra arqueología será recordada por décadas. Debemos reconocer su tarea y agradecer sus sacrificios y esfuerzos que, afortunadamente, se han visto recompensados con un descubrimiento tan revolucionario que ha sido portada de las principales revistas internacionales.
¿Qué relación tuvimos con los neandertales? Existen diversas teorías al respecto. Las tradicionales afirmaban que los humanos modernos convivimos un tiempo con los neandertales, a los que arrinconamos hasta extinguirlos por completo. Según esta teoría, los últimos neandertales podrían ser andaluces, como lo atestiguan las dataciones de Gibraltar y Zafarraya. Otra teoría más reciente apuntaría a que el neandertal se mestizó con nosotros, que seríamos, en última instancia y parcialmente, sus herederos, ya que se ha comprobado que albergamos parte de su ADN diferencial. Por último, existen opiniones que consideran que neandertales y nosotros somos, en verdad, la misma especie, sólo que de razas distintas. Sea como fuere, la verdad es que los abundantes restos neandertales encontrados en yacimientos europeos son más antiguos y morfológicamente diferentes a los del Homo Sapiens Sapiens. Tendremos que esperar, pues, al veredicto final que pronuncie la ciencia para dilucidar esta apasionante disquisición.
A mediados del XIX aparecieron tanto en Alemania – en el valle de Neander – como en España – Gibraltar –unos cráneos extraños y con grandes supraorbitales que corresponderían a unos homínidos muy antiguos, bautizados como neandertales, y considerados poco más que unos hombres-mono, primitivos y toscos, que aún retozaban en el lodazal del bestialismo. Poco a poco la arqueología demostraría que, en verdad, estaban mucho más evolucionados de lo que inicialmente se pensó. Se enterraban, su industria lítica era muy elaborada y se adornaban. Sin embargo, aún nos resistíamos a concederle la capacidad del arte. Pues bien, el descubrimiento reseñado supone un auténtico baño de humildad para nuestra especie – o raza – soberbia y altanera. Muchos miles de años antes de que holláramos por vez primera estas tierras europeas, los neandertales, sus antiquísimos habitantes, ya dibujaban manos y signos geométricos de diverso tipo, un legado ancestral del que nos sentimos hoy herederos.
La neandermanía ha comenzado, advertido queda. Y desde esta taberna antigua por ellos brindamos. ¡Salud, hermanos del arte!