En su casa situada en la calle Álvarez Quintero, la centenaria recibía la visita del alcalde de Utrera, Francisco Jiménez, quien no quiso dejar de felicitarla en un momento tan especial, e interesarse por su estado de salud, pues la anciana se había fracturado recientemente la cadera, "aunque se está recuperando con una facilidad que asombra a los propios médicos", aseguraba su hija, Josefa Olivares.
Tener la oportunidad de conocer a Ramona es toda una experiencia, ya que se trata de una mujer con una magnífica presencia física y una lucidez plena, que en ningún momento representa la edad que ha cumplido.
Con una vitalidad inagotable, hasta su problema con la cadera ha dado largos paseos todos los días, "llegando incluso hasta Consolación", y espera recuperar esta actividad en cuanto mejore su salud.
Hoy en día, Ramona vive la vida con tranquilidad y viendo "lo mucho que ha cambiado Utrera en este siglo de vida, que no hay quien la conozca". Aunque a veces se desanime un poco y diga que quiere "irse" con su marido, cuando se le pregunta por este asunto se ríe y asegura que no tiene ninguna prisa y que "esas son cosas que se dicen de boca para fuera".
Para el alcalde, "Ramona es todo un ejemplo de la energía y las ganas de vivir de nuestros mayores y tener oportunidad de charlar un rato con ella es una fuente de información y experiencias realmente inagotables".
Junto con Ramona, hay otros dos utreranos que ya han cumplido 100 años, José Rodríguez e Isabel García, que celebraron tan especial aniversario en junio y julio, respectivamente. En el mes de septiembre los cumplirán Pedro Vázquez y Carmen Fernández. Toda una experiencia compartir con ellos todos estos años de sabiduría.