El cantautor jerezano David DeMaría vuelve “a casa” este verano para inaugurar una nueva edición del ciclo Noches de Bohemia, los conciertos estivales que se organizan los viernes y sábados de julio y agosto en el Patio de San Fernando del Alcázar.
De María estará rodeado de grandes músicos como el italiano Gherardo Catanzaro al piano, el marroquí Faical Kourrich al violín, el gaditano kiki Rivera a la guitarra española y el argelino Red Hamani a la guitarra eléctrica y a los coros.
El concierto tendrá lugar el sábado 8 de julio, donde nos presentará su décimo lanzamiento: Séptimo cielo. Un disco que se ha ido forjando con mucha alegría y que está repleto de nuevas sensaciones , en el que nos encontraremos a un David de María renovado y repleto de ilusión, la que pretende compartir en directo el próximo sábado en Jerez.
¿Qué supone para David de María, a nivel personal, presentar su disco en Jerez?
—Bueno, significa muchas cosas. Traer el disco a casa es un encuentro emotivo. Siempre son conciertos muy especiales porque te reencuentras con gente a la que hace mucho tiempo que no ves, porque al vivir en Madrid se me hace más especial aún porque bajo poco a Jerez, y la verdad es que echas de menos tu tierra...
Supone también un reencuentro con tus propias emociones de vida. Tengo muchas ganas de que llegue y de que la gente que esté en veranito por allí, después de la playa, de beberse un “tintito” disfrute del ciclo, porque merece la pena como centro cultural de la provincia. Es un bonito punto de encuentro para disfrutar del arte y, sobre todo, de la música.
Será un concierto acústico y muy íntimo que espero que el público jereano disfrute.
Es un honor regresar a mi tiera y presentar un disco tan importante para mí como es Séptimo cielo.
Además, será la primera vez que mi hijo me vea actuar en mi tierra y eso significa mucho para mí.
¿Qué significa para ti este ”séptimo cielo”?
—He conocido el amor más grande hasta ahora, que fue ser padre. Al principio nos enteramos del embarazo y, desde entonces, ha ido muy de la mano, como un doble embarazo. Es el segundo verano que estamos de gira y después de septiembre daremos más conciertos que también serán muy especiales .
¿Alguna canción de este trabajo que te llene especialmente ?
—Es difícil elegir solo una cuando eres el padre de todas. Bienvenido a la vida es la más especial porque se la hice a la ecografía de mi hijo al saber que ya había empezado un nuevo viaje, y que yo era el encargado de su salud, de su felicidad... aunque todo el disco es para él.
Está dedicada a los padres primerizos y trata la realidad de la vida, es decir, empezar a cambiar pañales. Es una canción muy especial que marca el disco y que no va a faltar en Noches de bohemia.
Otra de las canciones que más significa para mí es Y si te vas, que es la carta d epresentación del disco, porque aunque parezca de amor o desamor, se compone de dobles lecturas al escucharla. Esta canción la compuse en Cuba . En los últimos dos años he ido mucho a Cuba y me fui allí de luna de miel, uno de mis mejores amigos vive allí… Y al final te impregnas, y cada vez que he ido me he traído de allí un sabor muy agridulce. Es un tiro al flamenco llevado al pop de mi tierra, pero ahora con nuevo ritmo.
¿Qué tiene este disco que no tengan los anteriores?
—El disco tiene un poco más de mi experiencia como artista, la especialidad de un cantautor jerezano que lleva por bandera su esencia, y pienso que lo mejor está todavía por hacer. Este disco ya tiene un par de años y están surgiendo nuevas ideas, pero significa un punto de inflexion en mi vida.
¿Qué esperas de él?
—Pues espero lo que me ha dado, dignidad y respeto por parte del público, ya que hoy en día es muy fácil opinar, criticar, devaluar y desvalorar a través de las redes sociales, y no es fácil mantener dignamente una carrera tras 20 años, aunque es lo que espera un artista después de toda la dedicación durante tantos años. Esperas la complicidad con la gente que siente igual que tú.
¿Qué riesgo supone para ti lanzar un nuevo trabajo en el mercado?
—Mucha responsabilidad, cuanto más tiempo pasas inmerso en el mundo de la música, más te lo piensas para lanzar un disco, y cuidas cada detalle. Significa un reto que nos gusta aceptar a todos los que nos identificamos como aventureros.
¿Cómo ha influido tu situación personal en este disco?
—Ha supuesto una fuente inagotable de inspiración continua.
¿Cuáles son tus influencias musicales?
—A mí me influye todo lo que sea orgánico, sentido, tocado... Yo me crié en Jerez escuchando el flamenco más jondo, y luego, en casa de mi abuela paterna, bebía de Pink Floyd, The Police, The Rolling Stones... Resumiendo, un poco de pop rock por un lado, y el flamenco más profundo por otro.
Fui encontrando mi melodía poco a poco, tanto mi melodía al componer como al cantar, al escribir...También otros tantos cantantes españaloes como Atonio Vega, Radio Futura y Triana. Me fui volviendo melódico y con mucha raiz propia. Bebo de una mezcla entre flamenco, copla, pop y rock.
¿Tienes planes de hacer promoción en algunos otros países?
—Por supuesto, ahora mismo me encuentro inmerso en la escritura de mi nuevo poemario, y estamos preparando para mi 20 aniversario en la música un directo como conmemoración, y espero poder volver a tierras americanas para cantar canciones que me han sido muy importantes en mi carrera musical como Preciosa mía y Barcos de papel, ambas me proporcionaron mucho éxito.
¿Si pudieras volver atrás, qué cambiarías?
—Hombre, después de haber tenido a Leo, supongo que no cambiaría nada.
Todo lo que ha pasado ha sido para desembocar en ser padre, por lo que solo cambiaría a la gente interesada que se acerca cuando eres un niño de 17 o 18 años y quieren quedarse con ciertos porcentajes de tus canciones, para aprovecharse del talento de los de más artistas. Conozco a muchos artistas y , puedo asegurar, que jamás haría cosas que me han hecho a mí, o sea, que solo cambiaría las malas intenciones.
¿David, se puede tocar el cielo?
—Sí, se puede tocar el cielo en la tierra cuando encuentras momentos de felicidad, porque la felicidad perenne es una quimera, pero existe una felicidad momentánea que se consigue a base de rodearte de buenos entornos y teniendo salud tanto orgánica como mental. Yo estoy en el séptimo cielo gracias a mi hijo Leo y a mi mujer.