La Guardia Civil ha desarticulado, en colaboración con los Mossos d'Escuadra y la Gendarmería Real Marroquí, una organización criminal especializada en asaltos violentos a narcotraficantes en una operación con 30 detenidos (21 de nacionalidad marroquí, ocho de nacionalidad española y una de nacionalidad senegalesa) y otros cinco investigados.
Según informa el Instituto Armado en un comunicado, la denominada operación 'Florence' se ha desarrollado en las provincias de Cádiz, Barcelona, Málaga y Huelva, donde se han realizado 29 registros domiciliarios en los que se han intervenidos 2.600 kilogramos de hachís, 16 vehículos, más de 60.000 euros en efectivo, seis pistolas municionadas y en disposición de ser utilizadas, teléfonos móviles y abundante documentación.
La primera fase de la operación se inició en el verano de 2015 a raíz de una serie de asaltos violentos que sufrieron tres personas relacionadas con el mundo del narcotráfico y que en principio no parecían tener nexo de unión, ya que se habían cometido en las provincias de Cádiz y Barcelona.
SIMULABAN SER FUERZAS DE SEGURIDAD
Posteriormente, la investigación pudo constatar que en ambos casos los asaltantes se habían hecho pasar por miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, empleando extrema violencia, armas de fuego, anagramas, distintivos y prendas policiales, por lo que se sospechó que podrían encontrarse ante un mismo grupo organizado con fuerte entrenamiento y experiencia criminal consolidada.
A partir de esta investigación, se pudo determinar que la organización tenía conexiones internacionales con otras organizaciones en Marruecos para introducir en los alijos de hachís dispositivos de seguimiento por satélite y así ubicar las partidas de droga que se introducían en la península.
SECUESTROS Y TORTURAS PARA LOGRAR INFORMACIÓN SOBRE ALIJOS
Posteriormente, procedían al robo de la droga haciéndose pasar por miembros de las Fuerzas de Seguridad. Asimismo, no dudaban en secuestrar y torturar a sus víctimas para exigirles información relativa a ciertos alijos de hachís.
Una vez que la organización tenía el hachís en su poder mantenía los contactos necesarios con otras organizaciones de narcotraficantes en Francia para cambiar la droga por armas cortas y munición, lo que les hacía aumentar su capacidad operativa.
Según la Guardia Civil, los agentes han podido constatar durante la investigación la comisión de 25 asaltos violentos y la operación continúa abierta, por lo que no se descartan nuevas detenciones.