El Racing pagará con sangre y sudor, y quien sabe, hasta con su posible desaparición, los derroches del pasado
Si todos los astros del cielo se alinean y permiten que la próxima temporada el Racing comience en Tercera División, lo hará de una forma muy distinta a como la inició allá por la campaña 2005/2006. Un todopoderoso conjunto portuense dirigido por José Luis Burgueña era la envidia de la categoría. En pretemporada pudo elegir entre la flor y nata futbolística, fichar a los jugadores más experimentados y con más calidad, incluso de categorías superiores (José Manuel Salido dejó la capitanía del CD Marbella en Segunda B para fichar por un Racing de menos categoría que le triplicaba el sueldo), porque les podía ofrecer unos contratos muy jugosos, totalmente irrechazables. El dinero no era un obstáculo, es más, se podía derrochar porque el club tenía detrás al ‘Abramovich de la Bahía’ que daba el visto bueno a todo. El equipo con esos mimbres se paseó y consiguió el primer objetivo, el título de campeón de grupo y el billete para los playoffs de ascenso. Con el Arenas de Armilla se sufrió, pero se tocó la gloria ante el Toledo, consiguiendo por fin el ansiado ascenso. Este año las cosas se presentan muy diferentes. El Racing pagará con sangre y sudor, y quien sabe, hasta con su posible desaparición, los derroches del pasado. Si consigue superar la situación, tendrá ante sí un complicado reto, competir en inferioridad de condiciones con los demás equipos, ya que arrastrará una importante deuda. En principio, saldrá a competir con un presupuesto muy ajustado, que a más de uno les hará pensarse el recalar en el Portuense, porque aquí ya no se regala el dinero. Por ello, el Racing debe mirar a la cantera, a la gente con proyección y que no esté pendiente sólo del dinero, si no de darlo todo por un equipo que buscará sobrevivir pese a los pecados del pasado. Por su parte, la afición racinguista debe estar a la altura, apoyar al equipo y saber que sufrirá por cada punto que logre conseguir. El Racing volverá a ser modesto, pero seguirá vivo.