Últimamente venimos asistiendo a una serie de acontecimientos en los medios de comunicación que están ocupando el centro de nuestra atención y que parece más bien un cajón de sastre con tanta mescolanza. Pero como quiera que por estas tierras estamos de carnavales, lo vamos a llamar popurrí.
Empezamos con la imagen de una figura del toreo dando unos lances a una vaquilla mientras sujetaba su hija de pocos meses en el brazo contrario. No sé quién ha difundido la misma, pero desde luego ha sido desacertada.
Además ha dado pie a que le llamen insensato, imprudente y temerario. No voy a entrar en la polémica pero pregunto, ¿se debería prohibir a los menores viajar en coche ya que por mucho cinturón de seguridad que lleven estén expuestos a un accidente de tráfico? ¿No es eso más peligroso que un profesional con su hija en brazos dé un muletazo a una vaquilla para el recuerdo familiar? ¿Y qué me dicen de las torres humanas que en Cataluña culminan con un niño de corta edad en la cima? ¿O ese otro niño que lanzan vestido de ángel sujeto por una cuerda desde la torre en el País Valenciano?
La torre se puede derrumbar, la cuerda se puede romper pero nunca ha sucedido… como tampoco ha sucedido que los hijos de los toreros en brazos de sus padres hayan sufrido ningún percance, y son muchos.
Acerca de los riesgos, también hemos visto como en un pueblo de nuestra Andalucía han prohibido que se eche a volar a una pava desde un campanario para que no se estrese. Pura demagogia porque sus compañeras de gallinero les cortaron el gañote al poco tiempo de nacer.
Como podemos comprender, pura hipocresía que pretende acabar con las tradiciones… y mañana estaremos pendientes del Comité Federal del Partido Socialista sobre los pactos de gobierno. Lo dicho, todo un popurrí.