Dani Rovira regresa a la gran pantalla el próximo viernes 20 de noviembre con 'Ocho apellidos catalanes', la esperada secuela de 'Ocho apellidos vascos', dirigida de nuevo por Emilio Martínez-Lázaro, que, en su opinión, ayudará a quitar hierro" a la situación de tensión que vive España ante el desafío soberanista del Parlament catalán.
El actor ha señalado durante una entrevista concedida a Europa Press, con motivo de la publicación del libro 'Agujetas en las alas y 88 razones para seguir volando' (Aguilar), que este filme aborda el sentimiento independentista desde una perspectiva "sana y graciosa" y no cree que nadie se vaya a sentir ofendido.
Eso sí, precisa que no es la función de esta película sanar heridas que, además, considera que se encuentran en el ámbito político y en el económico, más que en el civil. "En el trato personal no existe tal discrepancia, ni odio o desapego. Dudo que una persona de Barcelona se lleve mal con una de Salamanca", ha señalado.
Al margen de la independencia, Rovira ha destacado que Cataluña posee muchos "elementos y susceptibles de se llevados a la comedia, tales como el espetec, los calçots, la sardana, el idioma o el dinero". "Da muchísimo juego como instrumento de tópico", ha avanzado en referencia a las secuencias de humor del filme.
BROCHA FINA, SUTILEZA Y SURREALISMO
El equipo de 'Ocho apellidos catalanes' confían en haber realizado una "secuela muy digna" y se sienten "orgullosos" del trabajo hecho. Además, y aunque es consciente del acontecimiento "único e histórico" que supuso la primera película, espera que la gente se ría y consiga evadirse. "El cine tiene muchas funciones, mientras cumpla tres o cuatro de las que tiene nos daremos por satisfechos", ha resaltado.
En cuanto a las diferencias entre 'Ocho apellidos vascos' y la secuela que llega ahora a los cines, Rovira ha señalado que la primera parte tiene el "factor sorpresa y la brocha gorda en la comedia", mientras que la nueva entrega destaca por su "brocha fina en la comedia" y por ser "una película más bonita", especialmente en la parte romántica.
Rovira ha destacado que González-Lázaro es un director "inteligente" que en esta segunda parte ha querido jugar con los "matices", así como con las "aristas" de los personajes, cuyo humor es "más fino y sutil". A ello ha contribuido la incorporación en el reparto de Berto Romero y Rosa María Sardá. En palabras de Rovira, ambos poseen una "manera bastante fina de hacer humor, caracterizado por la ironía, el surrealismo y la sutileza".
En cuanto a la coincidencia con el estreno y la situación política que se vive en Cataluña, el actor cree que "a veces la realidad supera la ficción". En este sentido, ha recordado que la intención no es ni provocar ni adoctrinar o conciliar. "Es una absoluta comedia", ha recalcado.
Preguntado acerca de una tercera película, ha admitido que aunque no hay nada planeado no se cierran las puertas a una futura tercera. "Si hay una buena historia que contar la contaremos, pero no será por el efecto de alargar un chicle. Si se va a convertir en una saga interminable en la que se desvirtúa todo, es preferible quedarnos así".
En el caso en el que se quisiera repetir experiencia, Rovira cree que sería una buena idea salir al extranjero y Portugal, Francia, Argentina o Marruecos podrían ser algunos de los posibles destinos.