Los nuevos concesionarios, en sustitución de Vera y Acha, se pondrán ahora a disposición de la Dirección General de Costas y del Ayuntamiento de Málaga para desbloquear el desarrollo del proyecto de remodelación de este espacio, uno de los más emblemáticos de la ciudad, pese al estado de abandono que presenta.
Ramos, junto a otros socios, ya se hacía cargo del restaurante desde hace un tiempo, a través del arrendamiento del mismo. Los nuevos titulares han precisado que, "después de tantos años de tiras y aflojas en este espacio, no llegamos con ningún interés privado, sino que queremos rehabilitar el restaurante, la terraza y los jardines", insistiendo en que el objetivo es que "la parte pública se desarrolle como tal al cien por cien".
Con este acuerdo de traspaso, firmado este pasado martes, tal y como ha adelantado el diario 'El Mundo', "estamos en posición de desbloquear el proyecto de rehabilitación del balneario", han señalado, ya que "los anteriores concesionarios tenían unas pretensiones que nosotros no tenemos".
"Queremos aprovechar el potencial que tiene el restaurante --un edificio protegido-- y el uso público de los terrenos adyacentes será positivo para nosotros", han indicado a Europa Press, destacando su "actitud de absoluto diálogo" tanto con Costas como con el Ayuntamiento, en tanto que la intención es "hacer lo que sea mejor para todos".