Numerosas personas acudieron el pasado sábado a visitar los faros de El Rompido. Nadie se quería perder la última oportunidad del verano para ello, por lo que las colas se alargaron varias decenas de metros, concretamente hasta alcanzar la fachada del consultorio médico de dicha localidad. Dicha visita se enmarcaba dentro del proyecto ‘Iluminando tu faro’, puesto en marcha por primera vez este verano por le Asociación de Vecinos Río Piedras de El Rompido, en colaboración con la Autoridad Portuaria de Huelva.
Para el secretario del colectivo vecinal, David Fernández, el balance “no puede ser más positivo”. No en vano, asegura, por este enclave han pasado en los cuatro días que el faro ha abierto sus puertas de forma totalmente gratuita desde el pasado mes de mayo “más de 2.000 personas” entre locales y visitantes.
Tal ha sido el éxito de la iniciativa, que sus organizadores han tenido que contar con el apoyo de varios artistas locales que, de forma totalmente altruista han amenizado con sus obras las horas de espera de los visitantes, sobre todo el pasado sábado, último día de visitas. Tal es el caso del artista italiano afincado en El Rompido desde hace ya más de una década Flavio Olivieri, quien expuso algunas de sus obras en una de las salas de espera, o el de los fotógrafos Jaime Germá y Juan Manuel Ruiz Acevedo, con sendas muestras sobre paisajes onubenses a vista de pájaro, y sobre la almadraba de Nueva Umbría, respectivamente.
Pero sin duda, la iniciativa que más aceptación tuvo fue la llevada a cabo por Olivieri, que habilitó otra de las salas de espera como un inesperado taller infantil de pintura en el que los más pequeños, que acudieron en masa con sus padres a visitar los faros, los dibujaron cada uno desde su particular óptica, para dejar colgado de la pared su personal recuerdo de la visita.
Por otra parte para el representante de la asociación vecinal organizadora de la iniciativa, el éxito de la misma “también puede medirse en términos de cohesión social” ya que según explica las cuatro jornadas de apertura de los faros han supuesto para los vecinos de El Rompido, que “han acudido en masa”; como “en términos de complemento turístico y de ocio para la zona”. Y es que según prosigue, “actividades como ésta pueden contribuir a la desestacionalización y diversificación turística de un enclave al que le sobran belleza y atractivos, pero que adolece de oferta cultural”.
La iniciativa se ha desarrollado en cuatro jornadas: 17 de mayo, 21 de junio, 19 de julio y 23 de agosto y, dado el éxito cosechado, Fernández adelanta que ya la asociación está realizando nuevas gestiones para su sostenimiento durante el invierno “al menos un día cada mes”. La misma ha permitido visitar los dos faros de El Rompido, el viejo, en desuso desde el año 1975, y el nuevo, mucho más alto, para cuya ascensión hay que superar los 114 peldaños de la escalera de caracol que separa su luminaria del nivel del suelo.
Además, los visitantes han podido preguntar cuántas dudas han tenido gracias a la presencia de funcionarios de la Autoridad Portuaria, quienes les han explicado, por ejemplo, cuestiones y curiosidades como que el alcance nominal nocturno del faro es de 27 millas náuticas (unos 37 kilómetros), gracias a los tres grupos de cuatro lámparas de 200 vatios con que está dotada su luminaria, las cuales emiten un doble destello cada cinco segundos.
El faro más antiguo, construido en 1861 con aparato de tercer orden y luz fija variada por destellos de 4 en 4 minutos tenía un alcance de 14 millas, siendo su lámpara original de aceite de oliva. Fue construido con el propósito de cubrir con una luz de costa desde la desembocadura del Guadiana hasta los ríos Tinto y Odiel, mientras que para balizar la barra del Terrón se colocarían dos luces fijas blancas de enfilación que se encendieron en 1864.
No obstante, en 1885 se aprobó una propuesta para cambiarlo por otro en Punta Umbría, que finalmente no se llevó a cabo. En 1919 se puso una instalación de petróleo por incandescencia y se acopló al aparato original un sistema de pantallas giratorias que producían una apariencia de grupos de 2+1 ocultaciones con 16 millas de alcance. En 1928 volvió a cambiarse para distinguirlo mejor del faro del Picacho y se le dejó con una de grupos de 2 destellos blancos cada 5 segundos. Para ello se cambió el sistema de pantallas por otro de lentes giratorias. En 1934 se automatizó con una instalación de acetileno y destellador. Su óptica está actualmente expuesta en el Centro de Recepción y Documentación del Puerto de Huelva.
Finalmente, en 1975 se decidió construir una nueva torre, ya que la antigua no permitía el recrecimiento necesario de 15 metros, que entró en funcionamiento en 1976 y que es muy similar al faro que se encuentra a la entrada del puerto de Huelva.
La estampa de los dos faros de El Rompido es una de las imágenes más reconocibles y características del litoral atlántico onubense y, después de muchos años, hoy ha sido la primera vez que ha abierto sus puertas para ser visitado por los ciudadanos. Sin duda, la expectación que la iniciativa ha suscitado hace pensar que podríamos estar ante un importante atractivo turístico para El Rompido y, en general para todo el litoral onubense, aunque desafortunadamente, por el momento infrautilizado para fines turísticos.