“!La izquierda alante y la derecha atrás!". Quien este metido de lleno en el mundo cofrade, relacionará inmediatamente estas palabras con las personas que las puede pronunciar: El costalero y el capataz. El primero, desde el anonimato de pasear a su Cristo y Virgen devota por las calles y el segundo, desde la visibilidad, guiando el proceder de los que están debajo de las trabajaderas.
Mientras que la figura del capataz se caracteriza por su publicidad, al ir a cara descubierta, la figura del costalero alberga un cierto enigma en Semana Santa. No tienen tanto protagonismo como el capataz o el cortejo formado por nazarenos, acólitos y músicos pero su ardua labor es clave para el desarrollo de la Semana Grande. Al igual que en todas las ciudades andaluzas y en aquellas donde saquen misterios, en Huelva la figura del costalero es una figura respetada pero a la cual no se le ha dado todo el merecimiento y reconocimiento a su labor. Una devoción diferente a la del acólito o nazareno. Más intima y resguardada de las miradas ajenas. Debajo de ella, o de él, los sentimientos, la devoción o la fe del costalero es diferente a la de "los de fuera". Una devoción mas para "sus adentros". Una devoción singular.
La labor del costalero es más clave aún si miramos los cuidados físicos y mentales que debe tener, frente a músicos, nazarenos, acólitos y otros participantes, cara a la Semana Grande donde las cofradías, después de un año de igualás (procedimiento por el que se escogen a los costaleros), mudás y ensayos, se vuelcan a las calles y las cuales, gracias a los valientes que aguantan kilos y kilos de paso, hacen bailar a los pasos los cuales, conjugándose con el olor a incienso y la música sacra, despiertan un ambiente único en la ciudad.
Hablamos con seis costaleros que marchan en varias hermandades para que nos de su visión personal de la labor de 'los de abajo'. Sobre el cuidado de la alimentación y el papel del estrés a la hora de ponerse debajo de un paso, Antonio Beato, costalero de la hermandad de la Borriquita y de Tres Caídas, nos comentaba que, en su caso, cuida la alimentación desde el día antes, sin comer cosas que puedan sentar mal al día siguiente. "No puedes comer comidas fuertes ni hartarte de comer. Bajo mi opinión, no puedes ir un día antes a un kebap ni comer comida picante. Además, el mismo día de sacar el paso intento comer 2 horas antes de ponerme la ropa, ya que podría estar incómodo al ponerse la faja", apuntilló. Además, remarcó que el estrés o la falta de atención pueden ser agravantes o condicionantes claves a la hora de que aparezcan lesiones o no.
Pero no todo es alimentación y estrés. Antes de cargar con un paso, hay que presentar un estado físico óptimo. En este ámbito, Álvaro Forján, costalero de la hermandad de los Estudiantes y de Redención, nos comentaba que él no cuida su forma física solo unos meses antes sino que intenta estar en forma todo el año. Para ello, "juego al fútbol regularmente durante todo el año, acompañado esa labor física con un poco de actividad en el gimnasio. Al fisioteraputa voy justo lo necesario", afirmó Álvaro.
Jesús Díaz, costalero de la hermandad de Sentencia, sobre si estudia algunas posturas antes de meterse en una trabajadera, comentaba que "en ocasiones, suelo mirar vídeos de procesiones en los que salen los costaleros y me fijo en ocasiones como ponen la cabeza, la espalda, etc." Sobre si usa calzado o ropa especial, comenta que usa ropa holgada que permita moverse y calzado cómodo y con suela dura. Además, suele usar faja, vendaje y almohadillas para "reforzar la seguridad en esas zonas", sentenció.
También pudimos comentar algo sobre el mundo del costal con Antonio Guillen, costalero en la Hermandad de la Victoria y de Descendimiento. A la hora de afrontar la noche previa a sacar un paso, opta por dormir sin límites, puesto que "cuanto más se descanse, mejor lo agradece el cuerpo el día después". Además, comentaba en el tema de la alimentación durante el paso que "me intento hidratar en casi todos los relevos con bebidas como Aquarius y comer algo de alimentos con azúcar como gominolas".
Terminando la charla con costaleros, Álvaro Perojil y José Luis Bonaño quisieron comentar algunas cosas sobre el mundo del costal. El primero, costalero de la hermandad del Nazareno, sobre si hace alguna especie de ritual antes de meterse en un paso, asegura "que no hago nada en concreto, solo intentar estar tranquilo y concentrado". Además, a la pregunta de si cambia mucho la postura del cuerpo durante la procesión, dice que "no. Intento ir en una posición fija y cómoda para el cuerpo durante todo el trayecto". El segundo, costalero de la hermandad de la Victoria, nos contaba sobre la necesidades de qué hacer al terminar de cargar un paso nos dijo que "no solo se debe hacer ejercicios al final de cargar sino al principio es importante calentar y bien antes de meterte bajo un paso porque es un ejercicio físico lo que vas a realizar hay que calentar bien los tobillos, los gemelos, cuádriceps y el cuello e hidratarte muy bien durante el recorrido". Sobre la idoneidad de ir a un centro de fisioterapia después de la Semana Santa, José Luis afirmaba que "es recomendable ir a un fisioterapeuta para que te de un masaje o te ayude a relajar los músculos. En Sevilla existe el centro de atención al costalero donde al acabar puedes ir a que te miren, cosa que en Huelva no tenemos y que ojala algún día se haga"
Pero los costaleros no presentan avanzados conocimientos científicos. Un terreno distinto es la costumbre y la experiencia con la ciencia y los datos testados y demostrados. Para ello, Eduardo González, asesor médico de Cinfa, señala la prevención como mejor aliado del colectivo cofrade, véase costaleros, nazarenos, acólitos o músicos, en este periodo donde zonas concretas como el cuello la espalda, las piernas, rodillas y pies se ven expuesto a un esfuerzo fuera del ordinario, del cotidiano. Dichas molestias, señala González, tienen distinta localización en cada colectivo. Mientras que los costaleros sufren principalmente en el cuello, en la zona cervical y lumbar, al cargar pesos de incluso más de 100 kilos, también se ven las rodillas y los músculos del tren inferior, los músicos ven resentidas las zonas localizadas en los brazos y piernas en forma de tensiones musculares. Los demás colectivos, asegura González, ven afectada, principalmente, las piernas y los pies.
Para evitar estos malestares, González ve en la prevención con su posterior tratamiento el mejor arma para frenar lesiones y nos muestra un decálogo ideado por él para enfrentarla de la forma más óptima.
El estrés y la tensión, bajo control. Además, se recomienda dormir ocho horas la noche antes de la procesión. Practicar alguna actividad física durante, mínimo, una hora y tres veces a la semana. Concretamente, una actividad que trabaje en profundidad las zonas que más afecta a los costaleros
También se recomienda visitar al fisioterapeuta días antes ya nos servirá para asegurarnos una salud óptima. Esto, combinado con tener conocimiento de la alineación y posición ideal de las articulaciones repercutirá a la hora de tener una lesión al portar las imágenes en los pasos de la procesión. Se recomienda mantener la mirada al frente y lo más recta posible y los hombros y brazos abajo, relajados, y apoyar los antebrazos, si es posible, en la estructura metálica o en el brazo del compañero y las rodillas han de estar ligeramente flexionadas
Antes de meterse en las trabajaderas, hay que calentar y ejercitar antes de salir en procesión. Es aconsejable acompañar esta labor con la utilización de zapatillas cómodas para evitar rozaduras y ropa adecuada y con los cordones bien atados para evitar el riesgo de tropezarnos con una ropa holgada que no esté pegada al cuerpo para mover el cuerpo con libertad. Además, la hidratación en pequeñas cantidades es factor clave.
Además, González recomienda contar con elementos accesorios como fajas, muñequeras, rodilleras, medias de compresión para proteger las zonas que más se ven perjudicadas durante la procesión. Para terminar, es recomendable realizar estiramientos así como masajear e hidratar los pies y, tras acabar la Semana Santa, es recomendable acudir al médico o a un centro de fisioterapia para solucionar posibles lesiones, molestias, excesos de tensión muscular, etc.
Si eres costalero o pretendes serlo, unos mínimos cuidados y una actividad física puede ser tu mejor compañero. Porque no solo consiste en llevar un paso. Ser costalero es más que eso.