Si alguien te pregunta si es buena la famosa vacuna del virus del papiloma humano (VPH) quizás respondas que sí, que una vacuna previene de infecciones y por tanto debe ser beneficiosa. Pero veamos si mantienes la opinión tras leer este artículo.
Hemos sabido por los medios de comunicación que hay dos jóvenes en Valencia (14 y 15 años) que llevan casi dos meses ingresadas muy graves tras habérseles administrado la referida vacuna. Las jóvenes han presentado convulsiones generalizadas que han requerido hasta ingreso en la UCI.
Esta vacuna está recomendada por la Asociación de pediatras y cómo no por el SAS y por el Ministerio de Sanidad.
Qué trata de prevenir esta dichosa vacuna. Dicen que el cáncer de cérvix. Pero esto es una verdad a medias. El papiloma es una enfermedad venérea que se transmite sexualmente en personas promiscuas. Nadie que mantenga sexo con su pareja habitual tiene riesgo de contraerla. La vacuna trata de evitar la infección del papiloma sólo en algunos casos porque sólo previene cuatro cepas de las muchas que se conocen. Y además si tienes la suerte de haber educado en promiscuidad a tus hijos o a tus hijas con tu ejemplo de promiscuo o con tu palabra, no te preocupes, porque aparte del VPH hay más de ochenta infecciones de transmisión sexual (ITS) que pueden contraer.
Entonces, ahora te pregunto ¿para qué vacunar del VPH a las jovencitas? ¿No sale más rentable educarlas en una sexualidad sana lejos de las aberraciones sexuales que estáis empeñados en justificar?
Además de ser poco útil esta vacuna es peligrosa. En Cataluña se han detectado recientemente 9 casos de reacciones adversas por esta vacuna. Y en Estados Unidos no te digo nada porque allí llevan más años de experiencia tanto para la promiscuidad como para la vacuna. Ya los padres norteamericanos se han plantado y han empezado a educar a sus hijos en una sexualidad ecológica y han rechazado que les impongan las vacunas. Porque además no se sabe a largo plazo los efectos de la vacuna.
Que nos quieran imponer la vacuna del VPH sólo tiene una justificación: la de amparar la promiscuidad sexual. La promiscuidad sexual es mala desde un punto de vista higiénico. Desde la llamada liberación sexual en los 60 hasta ahora se han pasado de dos ITS (infecciones de transmisión sexual) a 82. No es una cuestión moral sino médica e higiénica. Hace 50 años la epidemiología de las ITS era a través de prostitutas y pocas personas más. Se conoce que el reservorio de hoy está más extendido.
Mientras haya prendas que justifican el aborto, que justifican las relaciones sexuales irresponsables entre adolescentes, que justifican el sado-masoquismo, y todas sus variantes, ya sabéis a quienes tenéis que reclamar cuando vuestras hijas entren en la UCI por la vacuna del papiloma que le habéis puesto para que puedan realizar el coito con seguridad.