Esta misma mañana, cuando me dirigía por las calles del centro a un banco para realizar unas gestiones fui contando los locales comerciales con carteles en sus escaparates de "Liquidación por cierre"...
Esta misma mañana, cuando me dirigía por las calles del centro a un banco para realizar unas gestiones fui contando los locales comerciales con carteles en sus escaparates de "Liquidación por cierre", "Se alquila", "Se vende", etc… todos ellos indicativos del cese de la actividad comercial de los mismos, por la difícil situación por la que pasa este importante sector empresarial de nuestra ciudad que es el comercio. Sin duda, que a esa situación de cierre les ha llevado la caída estrepitosa del consumo, algunos alquileres desorbitados, el incremento de la morosidad y, por supuesto y definitivamente, la falta de liquidez, de circulante, de financiación. Muchos de ellos han sido comercios regentados por empresarios con experiencia, negocios saneados, como se suele decir, a cuyo frente estaban personas que sabían lo que hacían. No han sido en este caso empresas de quita y pon al amparo de un ciclo de bonanza económica, sino que con mucho esfuerzo y buen hacer se han mantenido siendo competitivas hasta que les ha faltado algo esencial, la financiación que toda empresa requiere para seguir en su actividad empresarial.
Esa financiación no les ha llegado a tiempo porque, a pesar de los cacareados, anunciados y publicitados fondos que el Gobierno, con los presupuestos de todos, ha puesto a disposición de las entidades financieras, éstos no llegan al destinatario final: la pequeña y mediana empresa que los necesita, porque las entidades financieras no están prestando un euro de los destinados a esas líneas de financiación. Mientras tanto, y esto es lo que irrita, esas entidades financieras -da igual cual de ellas pues todas parece lo hacen-, se dedican a vender con más profusión que nunca en sus oficinas desde camisetas de equipos de fútbol hasta exprimidores de zumos, pasando por bicicletas, todo tipo de electrodomésticos y un largo etcétera de productos como si de bazares se trataran. Esto no es nuevo, por supuesto, pero en estos momentos especiales cuando cierran los comercios sería, cuando menos, más ético y estético que ya que las entidades financieras no se dedican a lo que realmente se deberían de dedicar, es decir, a la financiación, tampoco se dediquen a vender los productos que en circunstancias normales tendrían que estar vendiendo los comercios que están cerrando precisamente por la falta de esa financiación.
Esta misma mañana también oíamos en distintos medios de comunicación que se iban a ampliar los fondos ICO para financiar a las empresas. Ojalá que en lugar de cafeteras, bicicletas, relojes, camisetas de fútbol, etc… en las entidades financieras veamos muchos carteles que digan: "Aquí se tramitan fondos ICO para las empresas necesitadas de financiación".