A medida que crecemos tanto hombre como mujeres aprendemos a convivir con nuestro físico sabiendo sacar partido de lo que consideramos nuestros puntos fuertes y, a disimular, los débiles.
Una alimentación equilibrada, realizar ejercicio físico mínimo tres veces por semana y dormir al menos ocho horas son las recomendaciones más conocidas para poder tener un físico sano y cuidado. Sin embargo, las mujeres tenemos un gran enemigo con el que luchar: la celulitis. Y, decimos las mujeres ya que una de las principales causantes son las hormonas femeninas (estrógenos).
Por ello, no necesariamente una persona con sobrepeso tiene que tener obligatoriamente celulitis y una delgada no. Puede afectar a cualquier tipo de físico femenino pasada la pubertad. Sí es cierto, que los estrógenos no son solo los causantes: la mala circulación y la retención de líquidos juegan un papel fundamental.
Además, existen diferentes tipos de celulitis: edematosa, dura, flácida, general y localizada. Estas dos últimas son las más conocidas y que más afectan a las mujeres. La primera se refiere a la celulitis que sufren las personas con sobrepeso y, la segunda, aquella que se acumula sólo en algunas zonas concretas del cuerpo como son las piernas y los glúteos.
No obstante, siguiendo una serie de pautas podemos ayudar a disminuir sus efectos. Entre ellos se encuentra la ingesta diaria de verduras, frutas y legumbres. El ejercicio también es fundamental ya que mantiene activo nuestro cuerpo y no ayuda a quemar la grasa que nuestro cuerpo no necesita.
Uno de los deportes más completos y que más ayudan es la natación. El uso de cremas y tratamientos de belleza combinado con todo lo anteriormente citado también ayuda a paliar los síntomas. Entre los más recomendados tenemos las cremas frío/calor la y presoterapia como podemos ver en http://femquality.com/presoterapia/.
Por último, y lo más importante de todo, tenemos que tener una actitud positiva y saber cuáles son los límites de nuestro cuerpo, aceptándolos y siendo felices con ellos.