Regresan las noches de miedo y de terror, noches en las que el tiempo se alia con la festividad y cierra el cielo azul transformándolo en una única nube grisácea
Regresan las noches de miedo y de terror, noches en las que el tiempo se alia con la festividad y cierra el cielo azul transformándolo en una única nube grisácea. La luna, caprichosa ella, despierta una hora más temprano con el crepúsculo de la noche, entre la luz de las hogueras que alumbran a niños y mayores acogiendo una fiesta americana en la que juegan a ser Conde Drácula y su señora vampiresa. Tendremos que ver el plan terrorífico que idea nuestro brujo, Sergi Barjuan, para la cita contra el Almería; aunque más tenebrosa ha sido la noticia, conocida ayer tarde, del parte médico de Montoro, quien se perderá las próximas tres jornada de liga por la lesión que tuvo el pasado viernes en Barcelona. Todo un varapalo para los nuestros, siendo el mediocampista una pieza clave a la hora de mantener la posesión del balón y de oxigenar el campo de un lado a otro. Habrá que inventarse un ‘truco o trato’ para que el equipo de los Juegos del Mediterráneo venga con miedo, que tiemble de escalofrío, que sepa de la inmunidad del Recre en Huelva, o del exorcismo que se hace con los rivales que pisan el terreno de juego, que de momento todos salen con la derrota bajo el brazo. El Celta se ha convertido en nuestro mejor aliado al enfrentarse contra el equipo almeriense en la Copa de su Majestad el Rey, esperemos que sirva como una forma de ‘fatigar’ a una plantilla con fondo de armario. También veremos si Sergi apuesta por la continuidad en el once, como hizo contra la cantera barcelonista, un once que ha dado resultados, pese a las bajas inexistentes ya de Fernando Vega y Cifuentes en defensa. Y conoceremos qué tirita coloca en el centro del campo para suplir a Montoro. Después de dar un auténtico golpe de ‘l'autoritat’ sobre la mesa en el Mini Estadi, sabiendo sufrir y aprovechar los errores del rival, el Recre ha conseguido pasar de ser un equipo más de la categoría, a convertirse en un candidato serio para disputar los playoff de ascenso. Pero esta travesía es muy larga, y seguramente volveremos a tener una noche de brujas en cualquier desplazamiento. De lo que no se duda, es de la conversión del Nuevo Colombino en una auténtica casa encantada, donde nadie encuentra las pautas para echar abajo el maleficio, en la que poca gente paga por ver el verdadero espectáculo.