Por segunda vez en esta Semana Santa, las puertas de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen se volvieron a abrir por una salida procesional y para regocijo de los feligreses del barrio. En esta ocasión no hubo que pedir la venia en la puerta del templo, sino más bien, y por segundo día consecutivo, a las nubes para que no derramaran agua.
Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento salió de la iglesia que hace 200 años vivió un día histórico con la interpretación del Te Deum de Zabala el día en el que se proclamó la Constitución de 1812.
Y otro año más el numeroso público expectante volvió a quedar prendido con la magnifica representación escultórica de este paso de misterio. Aunque con la mirada también puesta en el cielo con el temor de que comenzaran a caer gotas que arruinaran el desfile procesional de esta cofradía, como ocurrió en años recientes.
El capataz del Cristo, Miguel Ángel Ramírez, comandó la maniobra que llevó al Cristo del Prendimiento camino de las calles de su feligresía, la de El Mentidero, que le esperaba con los brazos abiertos desde la Alameda Marqués de Comillas hasta su llegada a Tinte para enfilar San Francisco en dirección a la Catedral con la música de la agrupación musical Sagrada Cena.
Con otros sones, los de la banda de música de Conil de la Frontera, salió a procesionar el paso de palio bajo la batuta de Francisco García Palos. La bella talla de Nuestra Señora del Patrocinio, imagen anónima del siglo XVIII, volvió a reencontrarse con los suyos en las calles de El Mentidero ante la emoción de los hermanos presentes en la delicada maniobra de salida.