Inconsciencia equivale a desconocimiento de la verdad. Llegar a conocer lo inconsciente significa descubrir la verdad. Lo que es normalmente inconsciente en estado de vigilia se hace consciente en el arte (Eric Fromm).
La sociedad no es ni puede ser este polvo de partículas contratantes a la que querrían reducirla los integristas del Mercado (Alain Supiot).
La mente, al menos, duda. El corazón cree ciegamente. (Osho).
Según el principio de realidad, ser libre significaría: querer lo que se puede, querer hacer lo que uno debe hacer y nunca desear aquello que no se puede conseguir (Zygmunt Bauman).
Cuando un ser humano se comporta ante otro como si no hubiera nadie, es porque previamente lo ha convertido en cosa (Simone Weil).
Mentir es el oficio del político (Ortega y Gasset).
Lo que se es y lo que se pretende no puede ser derrotado. Ha de ser conquistado (Schumpeter).
¡Españoles todos! (Francisco Franco).
Allí donde sufren tanto el obrero como el capitalista, el obrero sufre en su existencia, y el capitalista en su ganancia (Karl Marx).
La alegría es un camino más corto. El dolor es un laberinto con angustia de perderse (Francisco Umbral).
Federico García Lorca murió de una enfermedad hoy prohibida por la Constitución (José Luis Coll).
Serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado (Quevedo).
No hay nada que no hayamos recibido ni nada que no demos en herencia (Carlos Marzal).
El hombre es el lugar donde ocurre la imaginación (Belén Gopegui).
El neurótico es un hijastro de la cultura individualista (Karen Horney).
La vida es una experiencia. Si la asumimos, es que creemos en ella (Didier Dumas).
El buscador era la búsqueda (Osho).
Un gran error es siempre una verdad exagerada (Ortega y Gasset).
Las flores siguen creciendo impasibles. Los frágiles somos nosotros (Arturo Pérez-Reverte).
Es difícil que un hombre entienda algo cuando su sueldo depende de que no lo entienda (Upton Sinclair).
Políticamente, la nuestra es una época de pigmeos (Tony Judt).
La vida no es un río tranquilo, pero, de todos modos, sigue siendo una invitación a la felicidad (Chantal Rialland).
El ateísmo no es una terapia, sino salud mental recuperada. Presupone renunciar a la trascendencia (Michel Onfray).
Si el mundo fuera un lugar feliz y justo, los que disfrutan de respeto devolverían por igual la consideración que se les tiene (Fichte).