El próximo PGOU prevé convertir el Parque Natural de la Bahía de Cádiz en el verdadero pulmón verde y de esparcimiento de la ciudad. Pero esta intención del Ayuntamiento choca directamente con los recelos de las asociaciones conservacionistas, que ni se fían de los planes del equipo de Gobierno local ni ocultan sus temores.
Hasta ahora el Consistorio ha hablado de incluir en esta zona, también conocida como Las Salinas, equipamientos destinados a “mejorar la utilización de sus recursos naturales y difundir sus valores”. Y en este contexto se encuadrarían una serie de actuaciones, como la creación de embarcaderos, la habilitación de plazas de aparcamiento, la configuración de nuevos accesos, la apertura de un edificio de servicios y de ocio recreativo junto a La Gallega o la rehabilitación de los molinos de mareas.
Sin embargo, el portavoz de Agaden, José Antonio Sánchez, ya advierte que muchos de estos trabajos resultan contrarios a la legislación medioambiental vigente, por lo que augura un fracaso que, además, desea.
Y es que en este colectivo aseguran ver en dicho proyecto reminiscencias de la vieja idea del Cádiz 3, que contemplaba unir el istmo de la Bahía desde Cortadura a San Fernando hormigonando para ello en ambos sentidos. “Sabemos que en el Avance no se dice así, pero los ayuntamientos de la capital y de La Isla siempre han concebido este parque como un freno al desarrollo urbanístico”, apunta Sánchez. En este sentido, sostiene que la apuesta por Las Salinas podría constituir una “cabeza de puente” previa a otras intervenciones más agresivas con el medio ambiente.
De ahí que en Agaden la única modificación que consideran viable consista en colocar un carril de cicloturismo, amén de la restauración que puedan llevarse a cabo de ciertas construcciones originales. “Todo lo demás conllevaría restarle riqueza y calidad a este espacio protegido”, insisten.
Por su parte, el representante de Ecologistas en Acción (EA) en Cádiz, Daniel López, comparte la desconfianza de partida de Sánchez en base a los “precedentes” del equipo de Gobierno local gaditano que, según afirma, son “para echarse a temblar”.
con “sensibilidad” y “cordura”
No obstante, López coincide con el Consistorio en la necesidad de lograr que este lugar deje de ser un “gran desconocido” para la mayoría de los gaditanos. Eso sí, matiza que esta labor ha de ejecutarse con “sensibilidad” y con “cordura”, algo que él no atisba en los planteamientos ya adelantados por el Ayuntamiento. “Nos asusta bastante que anuncien áreas deportivas y aparcamientos en un territorio prácticamente virgen y donde hay todavía una enorme biodiversidad”, asevera.
La postura de Ecologistas se resume, por tanto, en apoyar la apertura del parque a la población, si bien potenciando un uso “extensivo” que impida “acabar matando la gallina de los huevos de oro”. Por eso, López no se opone de entrada a iniciativas como la implantación de embarcaderos “lo más light posible”, de cultivos marinos o de un sendero peatonal para ciclistas (aprovechando la zona de servidumbre de Renfe) “porque esto no es un santuario”.
No obstante, da por hecho que las actuaciones municipales concederán más prioridad de la cuenta al asfalto y al cemento.
Así las cosas, tanto Agaden como Ecologistas en Acción ya anticipan que presentarán alegaciones al nuevo Plan de Ordenación, una vez que este documento quede aprobado en su fase inicial. Y no lo harán individualmente, sino de una forma coordinada, junto a otras entidades y colectivos de la capital, a través de la denominada Plataforma por un PGOU alternativo.
Según López, este trabajo arrojará un modelo de ciudad “más social y respetuoso con el entorno”, que tratará de poner freno a “amenazas” como la proliferación de estacionamientos privados, la Plaza Multiusos y la construcción de edificios emblemáticos o palafitos sobre la lámina de agua de la Bahía, a la entrada de Cádiz.