La plantilla de Onda Jerez entrega dinero para ayudar a los empleados de Urbanos Amarillos
La representación de la plantilla de Urbanos Amarillos que permanece encerrada en la iglesia San Francisco en señal de protesta por los impagos de la concesionaria cumplió ayer su primera jornada sin recompensa alguno.
La empresa no movió ficha alguna, pese a que este miércoles el Ayuntamiento condicionó el pago a través del aval a que la concesionaria garantice el abono de la deuda que mantiene con los trabajadores, y que incluye las nóminas de junio, julio, agosto y la paga extraordinaria.
Alrededor de 25 trabajadores pasaron la noche en la céntrica iglesia, lugar elegido tras verse abortado el encierro en la Catedral por unas obras que tienen inutilizados los servicios.
El apoyo de la Iglesia a la reivindicación de estos trabajadores se escenificó ayer con la visita de monseñor José Mazuelos Pérez, obispo diocesano de Asidonia-Jerez, a los trabajadores de la empresa Urbanos Amarillos encerrados en el templo conventual de San Francisco.
Así, acompañado por el fraciscano Sixto Burgos, superior de la comunidad en Jerez, Mazuelos departió con los trabajadores y se reunió en la sacristía de la iglesia con los miembros del comité de empresa de la concesionaria del transporte público. Allí conoció las situaciones personales que se viven en una plantilla que cumple seis semanas en huelga indefinida, y que soportan estos días con la solidaridad de familiares y amigos. Ayer mismo, los trabajadores de Onda Jerez RTV acudieron a darles su apoyo, y a hacer entrega de una simbólica cantidad de dinero reunido entre los integrantes de la empresa municipal.
nuevas protestas
Impagos de hasta cinco mensualidades vienen provocando situaciones domésticas en las que ya menudean los problemas con las hipotecas, las ventas de propiedades para afrontar la supervivencia de la familia y otros estados que provocan las urgencias que evidencian los trabajadores en demanda de la resolución del problema. El pastor ha recordado los servicios de Cáritas para aquellos casos en los que sea necesario.
La plantilla ha pasado la noche en los salones del convento y agradecen la disponibilidad de los franciscanos a la hora de posibilitar esta medida reivindicativa. Las pancartas y otros elementos propios de sus acciones de protesta han quedado a las puertas del convento mientras en el interior mantienen una actitud respetuosa con las dependencias de cultos que el obispo les ha agradecido.
El encierro permanecerá “día y noche” hasta este sábado, ya que como viene siendo habitual desde el pasado 8 de agosto la huelga se suspende durante el fin de semana, cuando los autobuses fucionan con total normalidad.
Estos días, además, servirán a la plantilla para decidir nuevos actos de protesta que llevar a cabo la próxima semana si, como todo apunta, la solución al problema no llega. Cobrar para desconvocar, es la condición que ponen.