"Tú no tienes la culpa", "no te metas en medio" de una agresión, "acude a un lugar seguro". El Ministerio del Interior ha diseñado unas pautas básicas de autoprotección para que la infancia y la adolescencia que vive en contextos de violencia de género sepa cómo actuar en situaciones de peligro.
Interior considera "crucial" que las víctimas de violencia machista se impliquen en su protección y también en la de sus hijos e hijas, por eso el recién presentado Protocolo 2025 de valoración y gestión policial del riesgo para el sistema VioGén 2, al que ha tenido acceso EFE, incluye la elaboración de planes de seguridad personalizados adaptados al nivel de desarrollo de los menores de edad.
Los cuerpos policiales han de trabajar junto a las mujeres para crear este plan, de manera que sepan cómo actuar en situaciones de peligro, tanto en el hogar como en otros lugares y en las redes sociales; también a quién recurrir para pedir ayuda. Y qué pautas deben transmitir a sus hijos.
"Tú no tienes la culpa"
En el protocolo hay un apartado específico con instrucciones para los menores, que adapta a su nivel de desarrollo en función de si son menores de 11 años o adolescentes de entre 12 y 18.
Para ambos grupos, fija como prioritario transmitir a los menores estos cuatro mensajes sobre la violencia:
-"Tú no tienes la culpa".
-"No te metas en medio de una situación violenta".
-"Pide ayuda".
-"Acude a un lugar seguro", previamente pactado con la madre.
En el plan de seguridad de la víctima se incluyen estas instrucciones para los más pequeños, hasta los 11 años:
-Explícales, de forma sencilla y comprensible, qué es una situación de peligro.
-Enséñales que nunca deben estar en el foco de la violencia. Ayúdales a identificar las situaciones violentas con recursos que puedan entender fácilmente.
-Prepara una habitación segura en casa, preferiblemente con cerradura y un teléfono, y enséñales a refugiarse allí ante un episodio violento. Busca un lugar seguro también fuera del domicilio y acuerda con ellos la posibilidad de que acudan a ese lugar ante el peligro.
-Muéstrales a quiénes deben pedir ayuda y a quiénes acudir en una situación de peligro.
-Enséñales a llamar a los servicios de emergencias. Es necesario que sepan que deben decir su nombre completo y dirección a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Para los adolescentes de 12 a 18 años se integran estas medidas para prepararlos para autoprotegerse del peligro:
-Habla con ellos sobre la violencia de género. Explica de forma sencilla qué es una situación violenta.
-Hazles conscientes de la situación de peligro en que podrían encontrarse.
-Es fundamental que entiendan que deben pedir ayuda lo antes posible en situación de peligro y que sepan a quién pedirla.
-Explícales que deben tener en cuenta que pueden ser vigilados y rastreados por el agresor a través del móvil y de redes sociales.
Tanto la madre como los menores deben tener claro quién compone su "círculo de fortaleza" (familiares, amistades, vecindario, agentes protectores a quienes recurrir en busca de ayuda) y consensuar -e incluso ensayar- un "plan de huida" ante una situación de emergencia.
La maternidad, factor de riesgo
Más de la mitad de los casos de violencia de género que son objeto de seguimiento policial en VioGén, el 52,7 %, corresponden a madres con hijos menores a su cargo. Son más de 53.000, una cifra que ha crecido en más de 11.000 mujeres en el último año.
Desde 2019, los cuerpos policiales han detectado a 5.528 menores en riesgo, aquellos que, "debido a su convivencia o proximidad con una víctima de violencia de género, están expuestos a un riesgo potencial o directo de sufrir daños físicos, psicológicos o emocionales" por parte del maltratador de sus madres.
Cuando la valoración policial del riesgo halla a menores expuestos a violencia vicaria las instrucciones son claras: se recabará toda la información necesaria en los ámbitos educativo y sanitario, se comunicará a la autoridad judicial y a la fiscalía la presencia de indicios delictivos y se explicará a la mujer el riesgo que corren tanto ella como sus hijos y que las conductas violentas, "por sutiles que sean, pueden perjudicar el natural desarrollo de los menores".
Protocolo 2025
El nuevo "protocolo para la valoración y gestión policial del nivel de riesgo de violencia de género y seguimiento de los casos a través del sistema VioGén 2" actualiza las instrucciones sobre cómo evaluar el riesgo al que están expuestas (de bajo a extremo o potencialmente letal) las víctimas -y sus hijos e hijas- para establecer las medidas de protección adecuadas para evitar que se produzca una nueva agresión.
Entre sus principales novedades, los nuevos criterios para activar, inactivar y supervisar los casos y el tratamiento específico que los cuerpos policiales deben dar a los "casos de alta complejidad" que, "debido a sus características especiales", presentan una elevada probabilidad de reincidencia de nuevas agresiones e incluso agresiones letales a las víctimas.
Estos casos complejos abarcan a los que implican a víctimas vulnerables, a menores en riesgo, a agresores persistentes -aquellos que maltratan a dos o más mujeres, que presentan factores agravantes (multirreincidencia, agresiones muy graves o tentativa de homicidio) y los casos en que el personal policial encuentra dificultades para prestar protección a las víctimas.