Yo ando así por la vida, enjaulada en mi propio yo, inestable y difuso, así que no me extraña, lo más mínimo que los comerciantes de Sol estén hasta las narices de los ocupas pacíficos que han protagonizado páginas de periódicos en los últimos días.
El comercio ya estaba mal cuando los fenicios pasaban días mirando a la costa con el fin de no perderse entre mares llenos de aventuras borrascosas, asediados por la competencia desleal de los romanos, incipientes ellos , en su poderío y que cuando conseguían apresar un barco fenicio , lo desmenuzaban -pieza a pieza- para aprender a hacerlo , copiando el modelo, a modo chino, cientos de veces. Si el comercio desde entonces ya estaba mal , imagínense ahora , que les asola la competencia de las grandes superficies, los chinos sin horarios , los impuestos y la clientela, que es mas voluble y menos fiel , que la Neleta de cañas y barro. No me extraña -y me repito- que estén hasta las trancas de aguantar gente por ahí que debe gastar menos que los turistas de los cruceros ,que, cuando llegan a puerto, lo único que hacen es mirar y mirar y luego, vuelven a su jaula dorada, a abastecerse, porque ya lo han pagado-todo- en el billete , concertado con la agencia de viajes. Lo de Sol, aunque me critiquen, ya cansa, porque el objetivo, si es que lo había , ya se ha saldado con creces y ahora hace falta ahondar y perseverar, cosa bastante difícil para gente que lee a kierkegaard , pero que aun vive en casa de papá y mamá, antes de irse a donde sea a buscarse la vida.
No , no se crean que no les apoyo, todo lo contrario, pero deberían abrir los ojos y ver la realidad , que no es ni con mucho la de sus abuelos y ellos salieron a flote echando riñones, es verdad que hay que protestar , hay que indignarse, pero sin poner papelitos de colores en los cristales de gente que se busca la vida y que tiene que recurrir a las autoridades, porque ellos votan en asamblea y siguen allí repartiendo bocadillos y durmiendo a pie de metro, sin ir a ninguna parte, ni avanzar. Indignados estamos todos, no de gobiernos, sino de muchas cosas que nos arden en la boca del estomago y que aguantamos porque tenemos hijos y hay que darles de comer y vaya que si comen, porque si nos hartamos y nos vamos a la plaza con ellos a acampar, las medicinas no se pagan, ni el agua, ni la luz y no tenemos a quien recurrir , porque se nos echaron los años encima y se nos secó la boca de quejarnos y las raftas se nos cayeron y nos metimos en el traje de lidiar y vamos vestidos de toreros, de toros de pie y andando a dos patas, que por haberlos , hay muchos y con dos caras, como cancerbero, y encima con dientes de hojalata, como el del mago de Oz.
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