El limbo de las presuntas injusticias

Salvo las ocasiones en los que determinados departamentos de la Justicia actúan de oficio, que con toda seguridad no es el caso y mejor que no lo sea habida cuenta del colapso de los juzgados y el estrés constante de los funcionarios, para que ciertas presuntas irregularidades se solucionen debe interponerse primero una denuncia, asistir a un pleito más o menos largo, ganarlo y que luego se ejecute la sentencia. A eso hay que sumarle lo que decía un famoso abogado de San Fernando, ganador de pleitos contra el Ayuntamiento, que aseguraba que para ganar en los juzgados sólo hacía falta tiempo y dinero, y él tenía las dos cosas. Visto lo cual, lo más probable es que los muchos conductores que han sufrido en sus carnes la presunta injusticia de una multa previa denuncia de un agente de la ORA no se organicen y presenten pelea al Consistorio. Salvo, eso sí, quien tenga tiempo, dinero y alma de Quijote que no se pelee sólo por 50 euros. Y que los juzgados le den la razón, claro.