El mensaje va acompañado de una foto de una unidad de equipamiento militar ardiendo
Tras recibir permiso de sus principales aliados para utilizar el armamento que le envían dentro de territorio enemigo, Ucrania ha reivindicado su primer ataque con el material de sus socios contra un objetivo militar situado dentro de la Federación Rusa.
“Un bonito incendio. Es un (sistema antiaéreo) S-300 ruso. En territorio ruso”, ha escrito en su cuenta de Facebook la viceministra ucraniana para la Reintegración de los territorios ocupados, Irina Vershchuk.
El mensaje va acompañado de una foto de una unidad de equipamiento militar ardiendo.
“Primeros días después del permiso para utilizar armas occidentales contra territorio enemigo”, ha agregado la viceministra.
Ucrania ha recibido en las últimas semanas de sus principales aliados permiso para golpear ciertos objetivos militares dentro de la Federación Rusa. Desde el principio de la guerra, los socios de Kiev le han prohibido atacar dentro del territorio ruso por temor a las posibles represalias de Moscú. Esta limitación no incluía los territorios ucranianos ocupados por Rusia.
Este cambio de política sobre las condiciones en que Ucrania puede utilizar el armamento que recibe ha coincidido con la ofensiva lanzada por Rusia a mediados del mes pasado contra la región ucraniana de Járkov, fronteriza con la Federación Rusa. Las fuerzas rusas abrieron allí un nuevo frente tras cruzar la frontera desde su propio territorio.
La penetración rusa en esa zona del noreste de Ucrania disparó la preocupación en las capitales occidentales y en Kiev, que empezó a reclamar con creciente vehemencia que le permitieran neutralizar en origen con las armas recibidas los ataques rusos contra Járkov golpeando concentraciones de tropas, aviones, sistemas de misiles y otros objetivos rusos.
El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitró Kuleba, ha celebrado el permiso recibido para atacar determinadas zonas y objetivos militares dentro de Rusia, y ha explicado que Kiev sigue trabajando para eliminar las restricciones que sus aliados le siguen imponiendo sobre el uso de sus armas contra territorio enemigo.