Arturo Pérez-Reverte propuso un viaje por el tiempo en Madrid
Como comisario de la exposición de los doscientos años de la Guerra de la Independencia
La polémica por el dinero que cobrará Arturo Pérez-Reverte como comisario de la exposición que el Ayuntamiento pondrá en marcha en 2012 con motivo del Bicentenario ha dejado totalmente aparcado el aspecto más importante de la muestra en sí: su contenido.
Desde el Ayuntamiento se justifica la elección del periodista, escritos y académico por su conocimiento de los hechos que ocurrieron en Cádiz hace ahora 198 años y por su experiencia a la hora de hacer frente a un proyecto de este calibre. Esto último se constata con el hecho de que ya fue comisario de una exposición de características similares, la que organizó la Comunidad de Madrid con motivo del Bicentenario de la Guerra de la Independencia.
Aunque se encuentran similitudes en el tipo de muestra y en la época histórica en la que se basan ambos casos, la diferencia fundamental reside en el presupuesto con que Pérez-Reverte contó en Madrid y con el que contará en Cádiz. El de Madrid fue casi el triple de lo que tiene proyectado gastarse el Consistorio gaditano.
Esta circunstancia es quizá la que más preocupa en estos momentos al escritor a la hora de poner su rúbrica en la adjudicación definitiva del contrato que ya ha sido aprobada por el Ayuntamiento. A este respecto, desde la Delegación de 2012 se garantiza que hay una partida presupuestaria reservada para la muestra, con lo que se quiere transmitir tranquilidad a Pérez-Reverte.
De cualquier forma, parece complicado que se puedan repetir en Cádiz algunos de los elementos que fueron usados en el Canal de Isabel II de Madrid y que supusieron una clave fundamental para su éxito. El uso de los más avanzados medios tecnológicos permitió que los visitantes sintiesen que estaban realizando un viaje en el tiempo.
Para ello, Pérez-Reverte concibió una exposición dividida en siete ámbitos, con la que se pretendía hacer un recorrido por los hechos más relevantes ocurridos el 2 de mayo de 1808. Para lograr ese efecto de viaje en el tiempo, la exposición contó con piezas originales y reproducciones de distintos objetos de la época, como estampas, cañones -elemento que también se podría usar en el caso de Cádiz-, ropa típica de la época, etc., todo ello combinado con recursos audiovisuales de última generación.
Los siete capítulos de la muestra explicaban los antecedentes, el detonante del levantamiento, la ofensiva realizada por el ejército francés, la guerrilla urbana que combatió contra la invasión, la lucha entre ambos ejércitos, el paisaje posterior a la batalla, y una memoria final con las consecuencias de los hechos acontecidos y el listado de las personas, con nombres y apellidos, que murieron en el levantamiento.
En la presentación de la muestra, Arturo Pérez-Reverte explicó que su intención era hacerla didáctica y narrativa por medio de “un relato audiovisual intenso lleno de sorpresas”.
A la exposición se accedía a través de un cubo exterior en el que se instalaron unas pantallas de más de ocho metros de altura. Esta opción sería factible también en Cádiz, puesto que las características del edificio en el que se ha pensado instalar la muestra, el castillo de Santa Catalina, lo permiten.
Patrocinios
Aunque el presupuesto con que el comisario de la exposición contó en Madrid era muy superior del que tendrá en Cádiz, si finalmente acepta el encargo, hay que indicar que ‘Madrid, 2 de mayo 1808-2008. Un pueblo, una nación’ contó con el patrocinio de importantes empresas, como Acciona, Dragados, OHL y Sacyr-Vallehermoso. Así como con AXA Art como empresa aseguradora.
Y no fue esta la única fuente de ingresos con que contó la comunidad para aliviar el fuerte desembolso de sus arcas, puesto que los visitantes tenían que pagar una entrada que costaba 6 euros. No se sabe si en Cádiz también se optaría por alguna de estas opciones.
En cuanto a la duración, la muestra ideada por Pérez-Reverte en Madrid estuvo abierta al público durante 6 meses, entre marzo y septiembre. En Cádiz aún no se ha hablado de la duración, aunque tanto el Consorcio del Bicentenario como el Ayuntamiento -que finalmente tendrán sus propias muestras- han mostrado su intención de no coincidir, al menos en la fecha de inauguración. El Consorcio tiene las vistas puestas en el día 19 de marzo y el Ayuntamiento pretende adelantarse algunas semanas.
El Consorcio ya maneja el proyecto de Ramos Santana y Gelos Tudela
Quien sí parece tener clara la estructura de su exposición es el Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario, que tiene en sus manos el proyecto ideado por Alberto Ramos Santana y Juan José Gelos Tudela. Aunque aún no sabe cuánto le costará montarla, si tienen claro que se dividiría en dos apartados fundamentales: ‘La ciudad no sometida: La Vida en una ciudad sitiada’; y ‘Lo extraordinario: Cádiz Sede de la Soberanía Nacional’. La muestra tendría como sus tres sedes principales al Claustro y sala de exposiciones de la Diputación, el Museo de Cádiz y Hospital de Mujeres; aunque se convertiría a toda la ciudad, fundamentalmente el casco histórico, en el espacio expositivo, logrando con ello una completa visualización ciudadana del Bicentenario. Para ello se utilizarían dos herramientas: Señalizar con placas de bronce los edificios que cogieron instituciones y personalidades durante el período 1810-1814; y establecer un recorrido por el Cádiz Constitucional mediante la colocación de placas de bronce en el suelo de las calles del centro de la ciudad con artículos de la Constitución de 1812.
Desde el Ayuntamiento se justifica la elección del periodista, escritos y académico por su conocimiento de los hechos que ocurrieron en Cádiz hace ahora 198 años y por su experiencia a la hora de hacer frente a un proyecto de este calibre. Esto último se constata con el hecho de que ya fue comisario de una exposición de características similares, la que organizó la Comunidad de Madrid con motivo del Bicentenario de la Guerra de la Independencia.
Aunque se encuentran similitudes en el tipo de muestra y en la época histórica en la que se basan ambos casos, la diferencia fundamental reside en el presupuesto con que Pérez-Reverte contó en Madrid y con el que contará en Cádiz. El de Madrid fue casi el triple de lo que tiene proyectado gastarse el Consistorio gaditano.
Esta circunstancia es quizá la que más preocupa en estos momentos al escritor a la hora de poner su rúbrica en la adjudicación definitiva del contrato que ya ha sido aprobada por el Ayuntamiento. A este respecto, desde la Delegación de 2012 se garantiza que hay una partida presupuestaria reservada para la muestra, con lo que se quiere transmitir tranquilidad a Pérez-Reverte.
De cualquier forma, parece complicado que se puedan repetir en Cádiz algunos de los elementos que fueron usados en el Canal de Isabel II de Madrid y que supusieron una clave fundamental para su éxito. El uso de los más avanzados medios tecnológicos permitió que los visitantes sintiesen que estaban realizando un viaje en el tiempo.
Para ello, Pérez-Reverte concibió una exposición dividida en siete ámbitos, con la que se pretendía hacer un recorrido por los hechos más relevantes ocurridos el 2 de mayo de 1808. Para lograr ese efecto de viaje en el tiempo, la exposición contó con piezas originales y reproducciones de distintos objetos de la época, como estampas, cañones -elemento que también se podría usar en el caso de Cádiz-, ropa típica de la época, etc., todo ello combinado con recursos audiovisuales de última generación.
Los siete capítulos de la muestra explicaban los antecedentes, el detonante del levantamiento, la ofensiva realizada por el ejército francés, la guerrilla urbana que combatió contra la invasión, la lucha entre ambos ejércitos, el paisaje posterior a la batalla, y una memoria final con las consecuencias de los hechos acontecidos y el listado de las personas, con nombres y apellidos, que murieron en el levantamiento.
En la presentación de la muestra, Arturo Pérez-Reverte explicó que su intención era hacerla didáctica y narrativa por medio de “un relato audiovisual intenso lleno de sorpresas”.
A la exposición se accedía a través de un cubo exterior en el que se instalaron unas pantallas de más de ocho metros de altura. Esta opción sería factible también en Cádiz, puesto que las características del edificio en el que se ha pensado instalar la muestra, el castillo de Santa Catalina, lo permiten.
Patrocinios
Aunque el presupuesto con que el comisario de la exposición contó en Madrid era muy superior del que tendrá en Cádiz, si finalmente acepta el encargo, hay que indicar que ‘Madrid, 2 de mayo 1808-2008. Un pueblo, una nación’ contó con el patrocinio de importantes empresas, como Acciona, Dragados, OHL y Sacyr-Vallehermoso. Así como con AXA Art como empresa aseguradora.
Y no fue esta la única fuente de ingresos con que contó la comunidad para aliviar el fuerte desembolso de sus arcas, puesto que los visitantes tenían que pagar una entrada que costaba 6 euros. No se sabe si en Cádiz también se optaría por alguna de estas opciones.
En cuanto a la duración, la muestra ideada por Pérez-Reverte en Madrid estuvo abierta al público durante 6 meses, entre marzo y septiembre. En Cádiz aún no se ha hablado de la duración, aunque tanto el Consorcio del Bicentenario como el Ayuntamiento -que finalmente tendrán sus propias muestras- han mostrado su intención de no coincidir, al menos en la fecha de inauguración. El Consorcio tiene las vistas puestas en el día 19 de marzo y el Ayuntamiento pretende adelantarse algunas semanas.
El Consorcio ya maneja el proyecto de Ramos Santana y Gelos Tudela
Quien sí parece tener clara la estructura de su exposición es el Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario, que tiene en sus manos el proyecto ideado por Alberto Ramos Santana y Juan José Gelos Tudela. Aunque aún no sabe cuánto le costará montarla, si tienen claro que se dividiría en dos apartados fundamentales: ‘La ciudad no sometida: La Vida en una ciudad sitiada’; y ‘Lo extraordinario: Cádiz Sede de la Soberanía Nacional’. La muestra tendría como sus tres sedes principales al Claustro y sala de exposiciones de la Diputación, el Museo de Cádiz y Hospital de Mujeres; aunque se convertiría a toda la ciudad, fundamentalmente el casco histórico, en el espacio expositivo, logrando con ello una completa visualización ciudadana del Bicentenario. Para ello se utilizarían dos herramientas: Señalizar con placas de bronce los edificios que cogieron instituciones y personalidades durante el período 1810-1814; y establecer un recorrido por el Cádiz Constitucional mediante la colocación de placas de bronce en el suelo de las calles del centro de la ciudad con artículos de la Constitución de 1812.
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