El
Polisario informa en partes de guerra de sus acciones militares frente a
Marruecos. Es una lucha desigual -en efectivos y en armamento- entre el
Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Rio de Oro (Polisario) y Marruecos. España da a los campamentos en
Argelia -a través de agencias gubernamentales y de entidades publicas y privadas- ayuda humanitaria pero nunca ha suministrado armas. La situación actual es de guerra. Cualquier implicación española significaría un conflicto de alta tensión.
En 1975, el gobierno español, con Franco agonizante y Juan Carlos interinamente Jefe de Estado, renuncia al
Sáhara y lo entrega a Marruecos y Mauritania. Se venía de los ataques saharauis contra los pescadores canarios, los trabajadores de los fosfatos y los militares españoles. La marcha verde marroquí fue el cúlmen de un desastre español -incapaz de organizar un referéndum y controlar el territorio- que llevó al abandono del Sáhara y a un reparto -ilegal- entre Mauritania y Marruecos. Los ministros franquistas conocían que EEUU no apoyaba la permanencia de España. Juan Carlos I era coronado. Si hubo un intercambio se estudiará cuando España desclasifique los documentos.
España ni estuvo ni está en disposición de sacrificar vidas por el Sáhara, aunque nominalmente sea potencia administradora -título vacío de efectividad-. Las lineas rectas de la división territorial entre Argelia, Marruecos, Mauritania y Sáhara es la demostración palmaria de un reparto colonial que trazaba fronteras sobre el mapa, no sobre las tribus trashumantes que practicaban el nomadismo sobre el territorio.
Tras medio siglo de estancamiento y varios mediadores de la
ONU -el que más cerca estuvo del acuerdo fue James Baker, la disputa sobre el censo impidió el referéndum- el gobierno español ha manifestado que le parece más seria, creíble y realista la propuesta autonómica -sin excluir las demás- apostando por una solución política, justa y duradera y mutuamente aceptable en el marco de la ONU, que dispone de una fuerza -MINURSO- de 450 efectivos. Algunos saharauis dudan pero el polisario, no.En el gobierno ha primado la defensa de los intereses económicos nacionales -desde la pesca a la OPE y primer inversor internacional- y la estabilidad en Ceuta, Melilla, Andalucía y Canarias. El trafico de drogas y de migrantes y el terrorismo yihadista exigen la cooperación marroquí. La posición de Francia, Alemania y EEUU y el enquistamiento del problema han llevado a España a moverse.