Si no fuera verdad, sería de chiste. En plena campaña con el castellano o español, como si la lengua estuviera en trance de desaparición, el PP vota en el Senado una enmienda para darle más dinero -exactamente 1,6 millones de euros- a las lenguas cooficiales de España: catalán, euskera, gallego y otras. Por fastidiar, para impedir que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado todo vale. Han votado a favor de una enmienda del senador de Compromís -el partido valenciano de Mónica Oltra y Baldoví- para la"promoción y difusión de las lenguas protegidas por la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias en Galicia, Asturias, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares". El apoyo al bable en Asturias, el catalán en Aragón y al euskera en Navarra merecieron el esfuerzo de los populares del Senado con tal de que no se aprobaran los presupuestos y tengan que volver al Congreso.
Es un comportamiento por lo menos torticero, que entra de pleno en el filibusterismo parlamentario. Es rizar el rizo de la incongruencia y la incoherencia. Discursos contrarios -hasta el paroxismo- sobre las otras lenguas españolas y mira por donde el odio al gobierno los lleva a un respaldo a una enmienda votada con Esquerra Republicana de Cataluña, Junts, PNV y Compromís del País Valenciano.
El remate del asunto es que la propuesta la defendió el mismo senador valenciano que quiere llevar al Senado a Bárbara Rey. Se trata de Carles Mulet García, del Grupo Parlamentario de Izquierda Confederal (Adelante Andalucía, Més Per Mallorca, Más Madrid, Compromís, Geroa Bai y Agrupación Socialista Gomera). Ha solicitado la comparecencia de Doña María García García (conocida artísticamente como Bárbara Rey) ante la comisión de Interior “para que explique la veracidad de las informaciones publicadas según las cuales supuestamente recibió, por parte de personas del entonces CESID, u otros altos estamentos del Estado (o sus popularmente conocidas como "cloacas") ingentes cantidades de dinero público de fondos reservados y posibles prebendas como la contratación por parte de una televisión autonómica ( Canal 9), para que no hiciese públicas sus supuestas relaciones con supuestos altos cargos del Estado”.
Es una espléndida oportunidad que los partidos no deberían desaprovechar para empezar a desmadejar el embrollo de los estrambóticos gastos del anterior Jefe del Estado, Juan Carlos I. El público lo agradecerá.