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Miércoles 27/11/2024
 

Almería

Se enfrenta a 23 años de cárcel el joven acusado de matar a su padre a puñaladas

Se le acusa de asestarle por sorpresa una puñalada en el corazón y otras 25 puñaladas por la espalda mientras este veía la televisión en el salón de su casa

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  • Audiencia Provincial de Almería. -

J.M.P., el joven acusado de acabar con la vida de su padre tras asestarle por sorpresa una puñalada en el corazón y otras 25 puñaladas por la espalda mientras este veía la televisión en el salón de su casa en la calle Alcor de Almería, se enfrenta a 23 años de prisión por un delito de asesinato y por otro contra la salud pública al encontrar en la vivienda en la que vivía varios botes de cristal con diferentes cantidades de cannabis preparadas para su venta.

De acuerdo con el escrito de calificación provisional de la Fiscalía, consultado por Europa Press, el crimen habría sido planificado por el acusado, de 22 años, quien durante la medianoche del 13 de octubre de 2019 se dirigió a casa de su progenitor bajo un "plan preconcebido", ya que portaba guantes de látex así como un cuchillo de cocina de unos 15 centímetros de longitud.

El supuesto parricida, que confesó los hechos ante la Policía tras su arresto, habría accedido a la casa de su padre con unas llaves cuando la víctima, de 56 años, se encontraba en el salón sentado en un sillón mientras veía un programa de televisión.

Según sostiene el Ministerio Público, el acusado se ubicó a las espaladas de su padre y "con el fin de causarle la muerte, con el cuchillo que portaba, le asestó una primera puñalada en el tórax a la altura del corazón".

A pesar de dicha agresión, la víctima habría podido levantarse y caminar unos pasos, momento en el que su agresor dio "una segunda puñalada en el cuello, cayendo ya la víctima al suelo". Ante los "síntomas de vida" que aún mostraba la víctima, el acusado le habría asestado "una secuencia de puñaladas por varios puntos del abdomen" hasta un total de 25 cuchilladas para asegurarse de que "había acabado con su vida".

El joven, que será enjuiciado a través de un tribunal de jurado, habría tratado posteriormente de limpiar la escena del crimen y sus huellas con varios productos de limpieza y utensilios que encontró en la cocina. Del mismo modo, habría tratado de dejar falsas pistas, para lo que "cogió un cuchillo de unos diez centímetros de hoja, lo impregnó de la sangre del fallecido que se hallaba derramada por el suelo y lo dejó junto al cadáver".

Tras lavarse las manos, el presunto autor del crimen recogió todos los utensilios que usó para dar muerte a su padre como el cuchillo de la agresión, guantes, toallas, papel higiénico y una camiseta, los metió en una bolsa que llevó consigo y abandonó inmediatamente la vivienda, según el relato fiscal.

El joven, que fue detenido apenas una semana después del crimen, guardaba en casa de su abuela útiles y herramientas para la preparación de plantas de marihuana con destino al tráfico ilícito. En dicha residencia la Policía Nacional intervino 12 bolsas de plástico con sustancias en su interior seis envoltorios pequeños y varios botes de cristal con cannabis. En total, 317,8 gramos, que habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de 1.612 euros.

Así, la Fiscalía solicita para él dos años de prisión por un delito contra la salud pública, con una multa adicional de 2.000 euros, y otros 21 años por un delito de asesinato, así como otros siete años de libertad vigilada.

"AÑOS DE MALOS TRATOS"

El presunto parricida, detenido pocos días después de la aparición del cadáver, se habría "obcecado" tras mantener una fuerte discusión con su padre la noche de los hechos tras haber soportado "años de malos trato", tanto él como su madre, según la versión dada a la Policía y que el joven habría ofrecido a los agentes poco después de su arresto.

Fuentes de la investigación apuntaron los supuestos maltratos sufridos por el joven, que aún vivía con su padre, y por la madre, con la que ya no convivía. En este sentido, el detenido tampoco aprobaba una relación que su progenitor había iniciado recientemente, lo que habría desencadenado una discusión días atrás.

El joven confesó el crimen en dependencias policiales tras encontrarse ropa en su vivienda con restos de sangre de la víctima. Así, se reveló como uno de los principales sospechosos después de que los agentes lograran situarlo en la escena la noche de los hechos, algo que "en una primera declaración policial negó a los agentes".

Así, tras un registro "exhaustivo" en la vivienda del presunto parricida, la Policía Nacional halló varias prendas de ropa con restos de sangre de su padre muerto. En este sentido, y durante una segunda declaración en la Comisaría Provincial, el joven "de manera espontánea" confesó "el crimen y su autoría".

Los agentes descubrieron el cadáver del varón en el interior de su vivienda, en posición decúbito prono en el suelo del salón, y sobre un gran charco de sangre. Cerca del finado, los investigadores hallaron un cuchillo de cocina de grandes dimensiones manchado de sangre, aunque en un primer momento su muerte se achacó erróneamente a un suicidio.

El cadáver del hombre fue encontrado poco antes de las 9,50 horas del día 13 por la pareja del fallecido, quien alertó a los servicios de emergencias. Según los testigos, el hombre había vuelto solo a su casa la noche anterior tras haber salido.

 

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