A algunos les parecerá algo duro el titular de este artículo que, al menos, debería caer en manos del político de turno, pues modernizar el ferrocarril de Huelva representa para todo un ministro (¿) del Gobierno de España algo más que “una bestialidad”. Sí, algo peor que una palabrota como antes se decía a los niños que hacían mal uso del vocabulario y que, en lo que a nuestros días y al tan manido tema del ferrocarril de alta velocidad, supone no supervalorar sino despreciar algo de lo que gozan ya numerosas capitales de provincia y que -ojo al dato- ya se vislumbraba antes de la Expo92 como una necesidad más que imperase para una Huelva recuperando el terreno perdido en materia de industrialización y adelantándose a las necesidades en materia turística de una provincia que -¡albricias!- ha entrado de lleno en una tercera fase con eso de los combustibles verdes y un puerto que salió por fin de su letargo, que cuenta con línea directa con el archipiélago canario y que no pierde un día sin valorar sus necesidades de hoy y de mañana y -¡que bestialidad!- un ministro de Madrid lo echa todo por tierra poniéndonos en la cola para ese AVE que ya en la 2ª década sonaba como la guinda del progreso.
Sí, me gustaría que más de un parlamentario de Huelva en Sevilla y en Madrid leyese el libro ‘Los ferrocarriles en la provincia de Huelva: un recorrido por el pasado’. A su director, Emilio Romero Macías, y a las otras firmas que rubrican lo que ha sido el pasado y debería ser el presente de Huelva en materia ferroviaria, habría que ir preparando un monumento delante de la estación no mal del todo llamada Huelva-Término, ahora que precisamente la Diputación Provincial de David Toscano Contreras se ha echado para’lante y anuncia su conversión en recinto sociocultural y con un espacio reservado precisamente a Museo del Ferrocarril…
Sí, tome nota mi amable lector de que fue en 1877 cuando se constituyó la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces, que “inicia un proceso de concentración, absorbiendo pequeñas compañías que explotaban líneas provinciales, las que unirá en cuanto a servicio ferroviario, además de construir nuevos ramales”. La otra gran compañía que operaria en Andalucía sería Ferrocarriles MZA, concesionaria de la línea Madrid-Sevilla y que después construiría las líneas Mérida-Sevilla y Huelva-Sevilla. ¿Qué ha quedado de esta líneas? Salvo más de su centenar de kilómetros y una nueva estación arquitectónicamente diferente a la que me estoy refiriendo y, han venido apuntando, entrada para el AVE en Huelva (¿)
A medida que se adentra uno en la lectura descubrimos que Huelva llegó a ser una auténtica potencia en infraestructuras ferroviarias, con algo más que un sobresaliente en la cuenca minera de Riotinto y el Andévalo. Hay un eje longitudinal Guadix, Granada, Bobadilla, La Roda, Sevilla, Hueva, algo que rebasa las expectativa de una línea con pocas interconexiones, y cuyo tramo Huelva-Sevilla -leo- electrificado se encuentra con graves problemas en sus servicios regionales de viajeros. ¿Y qué?
A todo esto, según leo, la introducción del simpático Talgo 200 entre las capitales de Cádiz, Huelva y Málaga con Madrid -todo un acierto ahora mismo- que llegó a reducir notablemente los tiempos de recorrido, algo de lo que doy fe y que allá por los 70, estando yo en Madrid, hubo un personaje como Eduardo Pérez Griffo (¿) que aprovechando una rueda de prensa en aquella ExpOnuba-71 de tan gratos recuerdos, planteó -así como suena- trazar una línea casi construida pasando por Logrosán para materializar un Huelva-Badajoz-Cáceres-Madrid que ahora mismo nos haría olvidar ese AVE de mal agüero desde que en Moncloa fueron cambiando las tornas y parece que era suficiente que Huelva hubiese descubierto América y un hidroavión como el Plus Ultra reprodujese la hazaña de don Cristóbal y los Pinzones de Palos.
La línea de Zafra no puede ser perdida de vista en medio de este galimatías y engaña bobos de políticos ancestrales que tienen cierta fobia hacia Huelva, como demuestran sus dichos y no hechos. Sí, de momento, un toquecito por aquí y otro por allá y nada de electrificar. Ovación y dos orejas. Bueno, algo de confianza aunque leo que a pesar de que en 2013 se escribió en el libro “todavía no escapa a un posible cierre”, últimamente se vienen realizando obras de mejora para contentar al personal, algo así como, ¡sí, vale!, pero ese dinero ni para el AVE ni para siquiera un Talgo Huelva-Badajoz-Cáceres-Madrid. ¡Ay! qué canallada suprimir el Huelva-Ayamonte, cuyo trazado habría servido siquiera para un tranvía o un cercanías. Las sinrazones siguen y en otro momento me referiré a 2013, cuando suena fuerte lo del AVE incluso a Faro, más que harina de otro costal, y mentiras y engaños a diestro y siniestro: ¿me equivoco?