En el mes de junio del pasado año, nos decía repentinamente adiós Manuel Quiroga Clérigo (1945). Doctor en Ciencias Políticas y Sociología, fue, además, hombre de letras, generoso en su quehacer, solidario a la hora de repartir afectos. Colaboró en numerosas iniciativas de apoyo y defensa de los derechos de los escritores y nunca dejó de lado su devoción por el ámbito de las letras.
Narrador, dramaturgo, crítico literario, tuvo en la poesía su principal aliada y de entre sus muchos títulos, destacan “Homenaje a Neruda” (1973), “Fuimos pájaros rotos” (1980), “Los jardines latinos” (1998), “De varia España” (1998), “Las batallas de octubre” (2002), “Leve historia de trenes” (2007),“Crónica de aves” (2007), “Páginas de un diario” (2010),“Volver a Guanajuato” (2012) e “Isla / País de colibríes” (2017).
Precisamente, de este último libro, dejé escrito al hilo de su publicación queen su lírica había una incesante gravitación hacia lo amado, una emanación continua de emotivas instantáneas, una estética que circundaba la libertad sin fingimientos.
Incansable trotamundo, el autor madrileño alentó en muchos de sus poemas esa comunión entre el ser humano y la naturaleza que lo circunda y cantó y contó con apasionada musicalidad la dicha de saberse vivo y vívido. Al hilo del estíoque nos convoca, recuerdo ahora sus bellos versos: “A las tres de la tarde/ el verano se agranda/en nuestra piel antigua/de continuos viajeros./Tan sólo hemos buscado/ el alto en el camino,/ el reposo apacible,/ el yantar obligado,/ el vino que apetece,/ el rincón suficiente,/ las horas sucesivas/ el silencio oportuno./Lo hemos encontrado/ a la orilla del agua”.
Con buen criterio, la colección Búho Búcaro Poesía, ha dado a la luz “Siempre”, un merecido homenaje a la figura y a la obra de Manuel Quiroga Clérigo. En este sentidocuaderno, un nutrido grupo de poetas,ha querido sumar su cariño y su palabra para rendir merecido tributo al escritor ya ido. Agustín Porras, Ángeles Mora, Carmen Rubio, Ezequías Blanco, Guillermo Lopetegui, Juan Carlos Mestre, Juan Mollá, Juan Vázquez, Marga Clark, María Antonia Ortega, OskarRodrigañez, Pilar S. Tarduchy, etc., memoran en su decir bondades y apegos, venturas y fortunas que compartieron con el autor y amigo.
En el prefacio a esta compilación, José Luis Morales anota: “La poesía no es de los vivos ni de los muertos, de los que cantan o de los que gimen, de los que buscan ni de los que encuentran, sino del lenguaje. Ahí es donde van a parar todos los versos de todos los poetas, al mar de cada lengua, al océano del lenguaje, los de Manuel Quiroga Clérigo hoy, los nuestros, mañana. Leyendo a los muertos lo celebramos, celebrando a los muertos los leemos”.
Nos queda, por fortuna, su decir brillante, su son humanista y cómplice. Queden, como broche a su acordanza,los versos de Antonio Daganzo, incluidos en esta atractiva antología: “Gracias a ti ya sé,/ viajero infatigable con sus letras,/ que el cielo es el poema pendiente de escribir/ hasta la próxima aventura”.