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Jueves 14/11/2024
 
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Málaga

Hija de un médico víctima de Covid pide que "los gobernantes que no olviden nuestro dolor"

María Díaz Diñeiro es cirujana pediátrica en el Hospital Universitario de Málaga y ha intervenido en el Homenaje de Estado

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  • MAría, en el centro, durante el acto. -
  • Ha hablado en representación de los familiares de los 102 trabajadores del sector sanitario fallecidos durante la pandemia
  • Ha pedido a la sociedad que cuide a sus cuidadores, a todos los profesionales sanitarios que forman parte de un Sistema Nacional de Salud

"Pido a nuestros gobernantes que no dejen de tener presentes a nuestros fallecidos, que no olviden nuestro dolor", ha reclamado María Díaz Diñeiro, hija de médico fallecido por coronavirus, en el Homenaje de Estado las víctimas de la Covid-19, que este año está dedicado, de manera especial, a los profesionales sanitarios que fallecieron combatido esta enfermedad en primera asistencial.

Mi padre era un hombre bueno alegre, magnético, que amainaba tempestades y que vivía enamorado de su familia y de su oficio, la cirugía

Segura de que "saldremos a delante", con el dolor de "ausencias que ocupan demasiado, silencios atronadores, heridas que ningún cirujano puede cerrar", María, que ha intervenido en representación de los familiares de los 102 trabajadores del sector sanitario fallecidos durante la pandemia, ha hablado de su padre, el doctor Joaquín Díaz Domínguez, jefe del servicio de Cirugía y aparto digestivo del Hospital La Paz, de Madrid, fallecido a los 67 años el 18 de abril de 2020, a pocos meses de su jubilación.

"Hoy estoy aquí porque mi padre ya no está, como tampoco están hijos, parejas, padres, hermanos de todas las familias que hoy asistimos a este homenaje, hago mías todas sus palabras, todo su dolor", ha señalado Maria, quien es cirujana pediátrica en el Hospital Universitario de Málaga.

No solo ha tenido palabras para su padre, "un hombre bueno alegre, magnético, que amainaba tempestades y que vivía enamorado de su familia y de su oficio, la cirugía", al que no pudieron "dar el último abrazo". Ha agradecido que él, "cómo tantos otros pacientes covid no estuvo solo", porque le acompañaron "médicos, enfermeras, auxiliares, celadores...". "Ellos fueron nuestras manos y nuestros ojos, ellos hicieron un esfuerzo sobrehumano para lidiar con el sufrimiento, anteponiendo el bien a su propio bienestar, trabajaron sin descanso para que nuestros familiares no sintieran dolor, para que se pudieran ir en paz", ha reconocido.

Pese a la "pena incrustada", ha afirmado que "no hay sombra sin luz, y la esperanza se hace un hueco", en referencia a la vacuna que permite "ilusionarnos con un futuro mejor" donde, ha añadido, "podremos recuperar el consuelo en los abrazos que el virus nos quito". "La ciencia ha ganado de nuevo", ha afirmado, para agradecer después a los hombres y mujeres de ciencia que "con sus manos y sus conocimientos han luchado contra este virus".

También ha pedido a la sociedad que cuide a sus cuidadores, es decir a todos los profesionales sanitarios que forman parte de un Sistema Nacional de Salud "único", que "basa su fortaleza en el capital humano que esta pandemia irremediablemente ha dejado lastrado". "Tenéis tiempo para reponeros, para reconstruir la vocación", les ha dicho a ellos; a la sociedad le ha pedido que "no olviden que el sanitario que les atienden llevan cargada la espalda de demasiado sufrimiento".

La ceremonia, que ha dado comienzo a las 9 de la mañana, ha estado presidida por SSMM los Reyes de España, quienes han estado acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, los miembros del Gobierno, los representantes de los poderes del Estado, y algunos de los presidentes de las Comunidades y Ciudades Autónomas, entre otras autoridades, además de representantes diplomáticos y de la sociedad civil.

En el acto, conducido por el periodista Fernando Ónega, y celebrado en la Plaza la Armería del Palacio Real, Su Majestad el Rey ha impuesto, en representación de todos los sanitarios homenajeados, cuatro Grandes Cruces de la Orden del Mérito Civil, la primera de ellas a la hija del doctor Joaquín Díaz Domínguez, y las siguientes a las familias de los fallecidos de menor y mayor edad, así como a la familia de una sanitaria que, habiendo nacido en otro país, trabajó en España la mayor parte de su carrera profesional.

María Díaz Diñeiro ha dado paso a la familia del doctor Jesús Algaba, el otorrinolaringólogo de 79 años fallecido en San Sebastián en noviembre de 2020, es el más veterano de los homenajeados. El doctor Algaba, una referencia internacional en su especialidad, estuvo trabajando de manera entregada hasta el último momento.

Le ha seguido la familia de auxiliar de enfermería, Pablo Riesgo, de 26 años es el más joven de los homenajeados. Llevaba un año trabajando en el Hospital de Jove, Asturias. Según han informado, dedicó su vida a ayudar a los demás y estuvo en primera línea de lucha contra la pandemia hasta su fallecimiento, en febrero de 2021.

Finalmente, ha recogido la Cruces de la Orden del Mérito Civil la familia de la doctora Nedialka Veleva, ginecóloga de nacionalidad española, de 68 años. Nacida en Bulgaria, llevaba colegiada en Baleares desde 1995 y ejercía su profesión en un centro privado de Palma. Falleció en enero de 2021.

 

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