La desconfianza de los profesionales sanitarios del Servicio Andaluz de Salud (SAS) crece por las condiciones en las que tienen que desarrollar sus trabajos dos meses después del registro del primer caso de contagio por coronavirus.
La retirada de hasta cuatro lotes distintos de mascarillas, por no cumplir con las garantías de protección, suministrados por el Gobierno central, el propio SAS y un donante particular, ha obligado a establecer un sistema de control previo a su distribución entre los empleados.
Así, los inspectores de prevención de riesgos laborales del SAS comprueban que toda la documentación del producto está en regla, es inspeccionado y, ante la más mínima duda, se envían al Ministerio de Sanidad para proceder a su análisis. Pero los directivos del organismo autónomico admiten que pueden darse nuevos casos porque el riesgo cero no existe.
Por otra parte, los cribados que se están llevando a cabo a los profesionales sanitarios con test, primero en Atención Primaria y después en los centros hospitalarios, están levantando ampollas, dados los numerosos casos en los que se están obteniendo resultados negativos con PCR positiva o pacientes a los que no les sale el resultado pese a repetir la prueba
La fiabilidad de los test comprados en China se ha puesto en cuestión, hasta el punto de que, en el mejor de los casos, solo lo serían en un 60%, según fuentes sanitarias. Pero UGT reduce el porcentaje al 30%, cuando deberían superar el 80%.
El sindicato advierte del riesgo considerable que conlleva un falso negativo, porque quien se someta relajará las medidas de prevención para evitar contagios.
"Habiendo consultado a la Sociedad Española de Enfermedades Infeccionas y Microbiología Clínica (Seimc), este tipo de test de antígenos tienen una sensibilidad inferior al 30%. Por ello la Seimc señala que no es aconsejable introducirlos en la rutina de diagnóstico por su insuficiente sensibilidad", señala el sindicato en un comunicado.
CSIF, por su parte, centra el debate en la manera en la que se está llevando a cabo los test. El sector Sanidad de la organización ha denunciado que se está llevando a cabo pruebas diagnósticas a partir de sangre capilar, por digitopunción en la yema del dedo, en lugar de sangre venosa, que es el procedimiento que garantiza la empresa que comercializa los test.
Para CSIF existen dudas razonables sobre la fiabilidad de la prueba si se realiza con muestra de sangre por digitopunción, dados los resultados discordantes que se han registrado cuando la muestra de sangre ha sido extraída directamente de la vena.
El SAS, según denuncia el CSIF, argumenta en mesa sectorial que los resultados no variaban independientemente de donde se obtuviera la muestra de sangre analizada. La semana pasada, fuentes del SAS indicaban, igualmente, que así es como se está haciendo en toda Andalucía porque es necesario seguir el mismo criterio.
La organización sindical ha reclamado un estudio comparativo de la fiabilidad que defiende y que aporte documentación debidamente firmada por el organismo competente que avale su eficacia.