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Sevilla

Una sevillana denuncia "falta de seguridad" en su repatriación

Carmen López, estudiante sevillana de 22 años, ha denunciado el proceso por el que se realizó su repatriación desde la ciudad italiana de Bari hasta Sevilla

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  • El avión en que regresó a Sevilla. -

Carmen López, una estudiante sevillana de 22 años de edad, ha denunciado el proceso por el que se realizó su repatriación desde la ciudad italiana de Bari hasta la capital hispalense, marcado por la "falta de controles y de medidas de seguridad" que hizo con otras 200 personas que, junto a ella, están elaborando una queja formal que elevarán de forma individual a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).

La joven ha explicado que, junto a otros tres compañeros, partieron el pasado día 10 de marzo a la ciudad situada al sur de Italia donde tenían previsto iniciar unas prácticas recogidas en su plan de estudios. Pese a la fecha en la que estaba programada la ida, así como sus alojamientos y vuelos, decidieron continuar con su plan dado que "no había sido cancelado".

Una vez allí, ha narrado, "no podíamos salir de nuestro apartamento" a lo que se sumó que las prácticas educativas, motivo por el que se habían trasladado al país italiano, "se fueron posponiendo", primero al 16 de marzo, después al 26 y, finalmente, al 3 de abril. "Nos planteamos volver pero intentamos ver cómo evolucionaba la situación por si se arreglaba", ha justificado López.

Al ver que la situación continuaba inmóvil, ella junto a sus compañeros se pusieron en contacto con el Consulado de Nápoles para "que nos dieran una solución para volver a España". En un primer momento --el 23 de marzo--, la institución les propuso que cogieran un Ferry desde Roma que les trasladaría a Barcelona, una opción que vieron "muy arriesgada" al no saber en qué condiciones podrían hacerlo.

Finalmente, fue el 3 de abril cuando el Consulado les ofreció volar desde Nápoles a Madrid, opción que fue aceptada por su grupo. El viaje estaba previsto "tres días después al día que nos informaron", es decir, el día 6 de abril a las 19,00 horas. "Estábamos en Bari y para llegar a Nápoles debíamos de coger dos trenes, por lo que iniciamos nuestro viaje el día 5", ha explicado Carmen López a la par que ha relatado que en esos trayectos les hicieron controles sanitarios y de documentación para probar su condición de estudiantes.

Fue el domingo 5 de abril cuando llegaron a Nápoles, ciudad donde tuvieron que hacer noche para poder llegar a tiempo al vuelo previsto que, de forma "inesperada", fue cancelado porque, según les informó el Consulado, "no se habían vendido los suficientes billetes para volar". Como alternativa, tanto a su grupo como al resto de personas que iban a coger dicho vuelo, se les ofreció un vuelo de Roma a Madrid el mismo día 6, por lo que tendrían que trasladarse mediante autobuses hasta la capital italiana.

Siguiendo con la planificación del viaje, López y sus compañeros dejaron el hotel por la mañana y se trasladaron al Aeropuerto de Nápoles donde cuatro autobuses les recogieron "a las 20,00 horas junto a otras 75 personas". Los pasajeros se repartieron entre los autobuses "no respetándose las medidas de seguridad", pese a que se realizaron controles para comprobar que todos iban a viajar hasta España.

"LARGAS COLAS, RETRASOS Y FALTA DE MEDIDAS"

Una vez en el Aeropuerto de Roma Fiumicino, la joven sevillana ha criticado las "grandes colas" para poder facturar de unas "220 personas" --incluidos bebés-- que iban a partir en el mismo avión con destino Madrid. Así, el vuelo, en principio programado para las 02,00 horas de la madrugada, salió a las 03,15 horas, afectando así a "los pasajeros que no eran de Madrid y que tenían previsto otros medios de transportes para llegar a sus ciudades".

En el avión cuyo importe fue abonado por ellos mismos (280€), según el testimonio de la estudiante, "no se respetó la distancia de seguridad dado que los más de 200 pasajeros íbamos sentados con normalidad". Esta situación provocó, siempre según la versión de la joven, "que los pasajeros estuvieran muy indignados y nerviosos, llegando incluso a quitarse las mascarillas".

Los repatriados llegaron finalmente a la ciudad madrileña el día 7 de abril a las 05,00 horas y, una vez el avión aterrizado, fueron trasladados en autobús de la pista a la terminal. Durante ese proceso, ha insistido, "se perdieron maletas" y las autoridades "no realizaron controles sanitarios ni de documentación", situación que se repitió tanto en las estaciones de trenes de Atocha y Santa Justa.

Por todo ello, el conjunto de pasajeros, entre los que se encuentra la joven sevillana, está recopilando documentación e información para trasmitir una queja formal que elevarán de forma individual a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), para evitar así que "se repita en otros procesos de repatriación" y se garanticen las medidas de seguridad obligatorias ante el estado de alarma.

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