Mara Rodríguez (46 años) es quizá una de las caras más amables de la Corporación municipal. Casada, su pasión es la familia. Hermana mayor de cinco hermanos -donde falta la figura de la madre- se arroga mucha responsabilidad. Integrante del grupo municipal socialista demostró desde el primer momento en el salón de Plenos que esa imagen de candidez no tiene nada que ver con su seguridad y su forma de trabajar. Se ha volcado con cuestiones sociales como son las víctimas de violencia de género, el plan para Servicios Sociales o las acciones para las personas sin hogar.
Licenciada en Derecho, su vida laboral está muy ligada al área del consumo. “Me sigo dedicando ahora a lo mismo que me dedicaba antes. Mi trabajo me apasiona”. Hace quince años que se dedica al movimiento consumerista, “lo que te hace estar en un contacto continuo con la realidad. Luchas contra la desigualdad, la injusticia de las empresas frente a la parte más débil. Tiene mucho símil con la política”.
Considera que tiene los pies en la tierra. Le encanta la cocina, especialmente la repostería porque le relaja y le gusta mucho el deporte, cantar y bailar.
¿Cómo surge su inmersión en la política?
—Surge en un momento en mi vida en el que considero que me toca devolver parte de lo que yo he recibido. Soy un producto totalmente social, de política social. De ahí que hablemos del Partido Socialista: me crié en una vivienda de Protección Oficial, estudié en un colegio público, fuimos familia numerosa, estudié con beca, eso genera una responsabilidad que te viene muy bien a lo largo de la vida. Y por último, la sanidad pública y universal que tenemos, que me permite tener una calidad de vida que de otra forma no podría tener por una enfermedad crónica. Soy un producto de política social.
¿Cómo desembarcó en el Ayuntamiento?
—Me afilié al PSOE en 2011-2012. Se empieza a gestar esa renovación que vino después. A través de mi jefe me entero que se necesitan nuevos perfiles en el partido. Y me apetecía. Empecé acudiendo donde me necesitaban. Siempre fui a dónde se me llamó.
Y cuando le llamaron para formar parte de la lista, ¿qué ocurrió?
—Me quedé muerta. De esa vorágine no conoces. Fran me llamó para tomar un café y me pregunta si puede contar conmigo. Y le digo, ‘hombre por supuesto por Dios’. Pero como vi un halo de seriedad, le tuve que preguntar que para qué y entonces ya me explicó. Fue otro reto. Yo me muevo por retos en mi vida. Lo único que me preocupó en ese momento es que no lo pudiera compatibilizar con mi trabajo. Pero me han dado la oportunidad. Es un esfuerzo sobrehumano, pero compensa.
¿Qué primeros recuerdos tiene al llegar al Ayuntamiento?
—Venía con los ojos como platos, en plan esponja, queriendo aprender todo. Me sorprendió mucho el tú a tú con Teófila, porque la veía como a otro nivel, pero después te das cuentas de que todos somos prácticamente iguales, con las diferencias políticas evidentes. Aprendiendo, viendo cómo se hacían las cosas. Yo soy una persona que en su trabajo resuelve problemas, pero cuando llegas aquí te frustras porque no se avanza. Me impresionó ver la parafernalia del pleno, pero yo he intentado e intentaré resolver problemas, que es de lo que se trata.
En este tiempo, ¿está satisfecha de algo que haya conseguido?
— Muchas de las cosas que se han conseguido han sido por el Partido Socialista, pese a la ingratitud que en muchas ocasiones ha demostrado el equipo de Gobierno, que no ha sabido reconocer que están aquí gracias a nosotros. Le duele que las cosas se resuelvan cuando no vienen de ellos. Todas las propuestas que hemos traído, sobre todo de mi área, han intentado resolver. Con una persona que haya visto solucionado su problema, me doy por satisfecha. Como ejemplo están el porcentaje de las ayudas para la violencia de género, el censo de las personas sin hogar, que ha abierto muchas prestaciones para ellos; hemos tenido una buena intervención en materia de suministros vitales y con determinados colectivos, Pese a que el PSOE en tantos años hemos tenido épocas más o menos gloriosas, nosotros somos un partido obrero y los trabajadores han tenido siempre una importancia. Mejorar la calidad individual de todos los que se acercan es fundamental.
¿Algo negativo de estos tres años de legislatura?
—Esa frustración de no poder llegar a determinadas personas. Esa pugna en el arco plenario, que en lugar de agradecer el esfuerzo de los compañeros, parece que lo echan por tierra porque no se pueden llevar el rédito. Me parece un juego muy sucio. La reestructuración de los servicios sociales la llevamos en septiembre de 2015, la hemos llevado de manera reiterada, para quitar el carácter asistencialista y que haya una autonomía a la hora de dotar las ayudas y aquí estamos todavía. Ya no es desconfianza, es tomadura de pelo. Esa falta de gestión, ese palabrerío y esos pocos hechos son los que frustran muchísimo.
¿Cómo ve la próxima convocatoria electoral? ¿Se ven como un partido ganador?
—Nosotros siempre salimos a ganar. Sinceramente, creo que el boom de Podemos se ha ido desinflando un poco porque la evidencia habla por sí misma. La gente te va contando y en esa cuota que ha dejado Podemos, está muy presente el Partido Socialista. Con Fran no se puede andar por la calle porque eso son más paradas que el Nazareno. Es horroroso, lo conoce muchísima gente, la gente acude a él, le cuenta sus problemas, y eso dice mucho de que se pasa el testigo al PSOE. Después los juegos que vengan son complicados. Tenemos muy buenas expectativas, hemos trabajado mucho y al final el trabajo debe rendir.
¿Qué va a hacer Mara Rodríguez? ¿Se presentará a las próximas municipales?
—Yo, lo que diga mi partido. No depende de uno. Creo que siempre se puede hacer más. A mí por mi forma de vida no me gusta plantearme las cosas a muy largo plazo, pero estoy y estaré a la disposición del partido. Esa decisión corresponde a la ejecutiva, al candidato y acataré el papel que me toque cumplir dentro del PSOE. Eso es democracia.
¿Cómo calificaría su relación con el equipo de Gobierno?
—A nivel personal, creo que me llevo bien con casi todos. No tengo problemas para trabajar con ellos, con Ana Fernández trabajo bien, aunque luego no lleva las conclusiones a efecto. Con María en el tema de Carnaval... Cuando se sale de aquí todos somos personas. Hay que saber distinguir, si no tenemos un problema grave.
¿Qué quiniela hace para el resto de partidos en las próximas elecciones?
—Creo que el PP está bastante herido. El equipo de Gobierno creo que también va a bajar, no en la misma proporción que el PP. Ciudadanos me desconcierta un poco porque no sé si le va a llegar a Cádiz esa ola que puede ocurrir a nivel general o en otros lugares de España. Y creo que nosotros también vamos a salir reforzados. pero que habrá que hacer cábalas, casi seguro.
Cuando fue el proceso interno del partido, ¿se vio en algún momento como la sustituta de Fran?
—Hay que estar siempre centrada. Y a pesar de lo que se rumoreara no cambié ni mi actitud, ni mi trato con los compañeros. Creo que Fran es el mejor candidato que podríamos presentar a las elecciones de 2019.
¿Cómo ve el nuevo gobierno de Pedro Sánchez?
—Creo que después de las legislaturas del PP llega Pedro Sánchez con un aire renovado, intentando recuperar parte de todo lo que se perdió en materia de política social, de eficiencia energética, ayudando a los colectivos. Lo tiene complicado en cuestión de números, pero las lentejas se le queman al que las hace y esto es así. En oposición es complicado pero gobernar es mucho más. Sabemos que este Gobierno central nos beneficiará a todos. En Cádiz tenemos un pleno al quince. Tenemos un subdelegado del Gobierno que conoce los problemas de la ciudad y una delegada en Zona Franca que está demostrando su valía. No son personas ajenas, sino que han mamado Cádiz.