La situación del casco antiguo sigue monopolizando la vida política municipal. Los grupos del Ayuntamiento han trasladado su agenda a la zona más degradada de la ciudad, una febril actividad que llega coincidiendo con el resurgir de protestas del movimiento vecinal. Precisamente, el equipo de gobierno del PP intenta desactivar la movilización convocada para este miércoles por los vecinos de El Tonillo. “El Ayuntamiento no para de trabajar” en estos barrios, indicaron los ediles de Mantenimiento Urbano y de Participación Ciudadana en una nota informativa en alusión a las demandas de este barrio donde los vecinos vienen denunciando el abandono institucional.
El alcalde y otros ediles del equipo de gobierno visitaron El Tomillo el pasado noviembre, pero desde entonces la asociación vecinal asegura que sólo se han acometido labores de desbroce y colocar tres bancos y una papelera en el parque. Ayer, Jódar y Heras abundaron sobre ello al destacar las actuaciones de reposición de bancos que habían sido arrancados y quemados o los arreglos en la zona de juegos infantiles y de las pérgolas. Juan José Jódar y Manuel Heras también se refirieron al barrio de San Juan, donde los vecinos han convocado protestas para la primera semana de mayo. “Trabajamos con la misma intensidad para atender las demandas de sus vecinos”, dijo Jódar, tras subrayar que en este barrio se ha remodelado la sede de vecinos; se ha arreglado la calle Elvín; se ha puesto la jardinería de la plaza Rosales; se ha repuesto la iluminación de suelo nocturna de la plaza San Juan; se ha trabajado en la calle los Caños y se ha limpiado el solar de la calle Ayuntamiento para que dejara de ser un vertedero”.
Mientras tanto, vecinos del barrio de San Felipe trasladaron ayer al secretario general del PSOE local, Julio Millán, su desesperación porque los problemas de accesibilidad del barrio les impiden hacer una vida normal y les aísla de servicios básicos como farmacias, atención médica o acceso a tiendas de alimentación. Los residentes de este barrio, gente mayor en su mayor parte, explicaron que para llegar a una farmacia o al propio centro de salud han de dar un rodeo de casi dos kilómetros por el Seminario o coger el autobús cuando a través del propio barrio se llegaría al eje que une San Felipe con La Alcantarilla (la rotonda de La Palmera) en apenas 10 minutos. “La orografía de esta zona es muy complicada. Los vecinos pidieron ayuda al Ayuntamiento para poder llegar al La Palmera atravesando el barrio y la solución que les dio fue reformarles las escaleras y dejarlas con una altura y un ancho impracticables para quienes tienen movilidad reducida y hacerles una rampa entre dos tramos de escalera que es resbaladiza y no tiene barandilla, cuando lo que se pedía era una rampa en todo el trayecto”, dijo Millán. Los socialistas recuerdan que esta obra costó al Ayuntamiento 60.000 euros “y ahora no sirve para nada”. Capilla Quirós, una de las vecinas, señaló que el barrio “no tiene tiendas, ni panaderías, ni comercios de alimentación general. Nos han hecho unas escalinatas muy raras, que no sirven para nada y no se puede bajar con un andador o con una silla de ruedas. Se baja como se puede con el carrito de la compra y cuando hay que subir cargada la mayor parte de los vecinos tiene que coger el autobús”