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Sevilla

El Cristo de la Agonía estará expuesto al público tras su restauración

Nueves meses de trabajo en el IAPH sobre la talla de un crucificado que regresará a Vergara (Guipúzcoa) el próximo lunes

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  • Cristo de la Agonía -

La Capilla de Afuera del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) de Sevilla acogerá entre este viernes día 9 y el domingo día 11 de febrero la imagen del Cristo de la Agonía de Juan de Mesa, de la localidad de Bergara (Guipúzcoa), para que los ciudadanos conozcan el resultado de los trabajos de conservación-restauración desarrollados desde mayo de 2017 por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).

El delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta en Sevilla, José Manuel Girela, ha presentado este jueves en la capital hispalense junto al delegado diocesano de Patrimonio del Obispado de San Sebastián, Koldo Apestequi; el director del IAPH, Román Fernández-Baca, y el equipo técnico del proyecto el resultado de esta intervención del IAPH.

Según informa el Gobierno andaluz en una nota, el Cristo de la Agonía constituye "una de las aportaciones más monumentales" de la producción de Juan Mesa (1583-1627), y su intervención y estudio supone "una importante contribución al conocimiento del proceso creativo" de este escultor barroco. Fue realizada en 1622 por encargo del contador real Juan Pérez de Irazabal, oriundo de Bergara y afincado en Sevilla a principios del siglo XVII.

Su tamaño es mayor que el natural --210 centímetros de alto por 192 de ancho-- y representa a un crucificado en el momento de expirar. La cruz es de madera, de sección cilíndrica y talla arbórea policromada en tonos pardos.

 

ESTADO DE CONSERVACIÓN Y DIAGNOSIS

Una de las alteraciones más llamativas que presentaba la imagen eran unas ampollas en la superficie polícroma, acompañadas en algunas zonas de oscurecimiento y levantamientos en forma de pequeños círculos. Las zonas afectadas por ampollas y quemaduras se localizaban en la parte superior de la pierna derecha, el pectoral derecho y el rostro en su lado derecho. Muchas de estas ampollas se han quebrado, dejando a modo de huellas unas áreas de forma circular con pérdida del estrato de preparación y policromía.

Por otro lado, la superficie polícroma se encontraba recubierta de una capa de color oscuro que oculta notablemente el color de base, rosado, que originariamente se le imprimió a la talla del crucificado, y que se aprecia en algunas zonas donde la capa oscura no ha podido llegar, tales como el dorso de las manos, en contacto con la cruz.

Presentaba algunas pérdidas de soporte, producidas seguramente por golpes fortuitos, según detalla la Junta. Así, a la corona le faltaban bastantes secciones de las ramas, perdiendo en la mayoría de los casos la continuidad de las mismas. En el sudario también se apreciaban pequeñas faltas de algunos de los relieves que más sobresalen.

En el examen efectuado se ha identificado la existencia de señales de una infección por insectos xilófagos en la base de la cruz, con galerías y pérdidas de volumen.

A pesar de que generalmente el cuarteado de la superficie polícroma sigue la disposición de la veta de las piezas de madera, en este caso presenta una disposición perpendicular al hilo de la madera. El craquelado se evidencia visualmente con "gran profusión" en algunas zonas como la zona pectoral y los muslos, al haberse depositado, entre las microfisuras de éste, cantidades de polvo y hollín.

Las capas de policromía no presentan problemas de disgregación de los elementos constituyentes en general, salvo en las zonas afectadas por quemaduras. En cuanto a la fijación de los estratos polícromos, presentaba muchas áreas con problemáticas de esta índole y algunas zonas con problemáticas de retracción de estratos polícromos, probablemente a consecuencia de barnices superpuestos. También se identificaron algunas pérdidas del conjunto polícromo completo.

El oscurecimiento generalizado de la superficie polícroma se debe a la suma de la capa negruzca y a la acumulación de depósitos superficiales, polvo y hollín fundamentalmente. En cuanto a la cruz, se observaron problemas en la unión de los travesaños, con pérdida de estabilidad.

 

TRATAMIENTOS DE CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN

En la imagen del Cristo se ha realizado una limpieza del estrato polícromo centrada en retirar la capa oscura y los restos de barniz, así como se ha desmontado provisionalmente el propio cristo de la cruz, ya que el clavo que se inserta en los pies estaba "muy forzado", y se ha aplicado una fijación del conjunto polícromo en las zonas de ampollas, "con las pruebas necesarias para la consolidación de estas zonas", en las que se unen las problemáticas de falta de adhesión de estratos y de disgregación de los materiales.

También se han consolidado las áreas con problemas de disgregación y ampollas por quemaduras y se ha procedido a su limpieza, así como se ha actuado en los ensambles "para consolidar las fisuras en el soporte", y se ha realizado el estucado de pérdidas de policromía, con materiales afines al original y reintegración del estrato polícromo mediante técnica reversible y criterio diferenciador en las zonas donde se haya actuado.

En la cruz, en el marco de estos trabajos se ha procedido a la "consolidación estructural" del ensamble de los travesaños, al estucado de estratos polícromos y a la consolidación química y estructural del extremo inferior de la cruz afectado por galerías de insectos xilófagos.

 

ESTUDIOS HISTÓRICOS

El objetivo de la investigación histórico-artística en este proyecto de conservación, dado el escaso registro documental en la historiografía posterior a los siglos XVII y XVIII, ha ido encaminado a la búsqueda y análisis de información relativa a los usos de la imagen y cómo han podido tener alguna incidencia en su materialidad para de esta manera facilitar la comprensión del estado de conservación actual.

El origen de esta obra responde al encargo realizado por Juan Pérez Irazabal a Juan de Mesa en 1622 dejando constancia de su satisfacción con el resultado al donarlo a Bergara en 1626. Desde entonces se encuentra ubicado en el mismo lugar donde se acordó, una capilla a los pies de la iglesia de San Pedro de Ariznoa. La donación de esta obra tuvo una "importante trascendencia" y repercusión en Bergara a lo largo de los siglos XVII y XVIII, desde el punto de vista artístico y espiritual.

A través del estudio realizado se ha podido conocer que la talla ha sido objeto de algunas intervenciones, estando documentada la restauración realizada en 1895 para subsanar los deterioros que tenía como consecuencia de un pequeño incendio ocurrido a finales del siglo XVII. Se quemaron las cortinas del dosel del retablo donde se ubica la imagen.

Según inciden desde la Junta, la imagen del Cristo de la Agonía es "hito fundamental para la historia de la escultura policromada española" y "un excelente testimonio de las formas de expresión de la religiosidad, la piedad y su relación con lo sagrado, de la sociedad barroca española del siglo XVII". Esta talla es, así, "la definición perfecta del modelo de crucificado vivo en el Barroco".

Juan Pérez Irazabal (1576-1642), natural de Bergara, procedía del medio rural, pero su formación le procuró un puesto de responsabilidad en la administración. Para 1601 se asentó en Sevilla, donde pasó prácticamente toda su vida, y llegó a ser superintendente de la armada y contador mayor de Felipe III y Felipe IV, que le beneficiaron con juros sobre las Salinas de Andalucía.

 

EQUIPO TÉCNICO

El proyecto de restauración de esta talla ha sido abordado por especialistas en conservación-restauración en escultura, apoyado de los estudios aportados por otra serie de técnicos como un historiador del arte, un fotógrafo, un químico, un biólogo y un técnico en conservación preventiva.

El IAPH ha intervenido anteriormente en dos obras del escultor Juan de Mesa; así, en 2011 sobre el grupo escultórico Virgen de las Angustias de Córdoba, y sobre el Crucificado de la Misericordia del Convento de Santa Isabel de Sevilla en 1999.

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