“Los primeros ensayos clínicos han empezado en julio y creemos que ya habrá resultados para la primera mitad de septiembre”, señaló ayer Marie-Paule Kieny, directora para la Investigación de Vacunas de la OMS.
“Estos ensayos nos dirán si serán necesarias una o dos dosis de vacuna para inmunizar a una persona contra el nuevo virus”, agregó la responsable en una conferencia de prensa virtual.
Kieny aclaró que ya se están realizando ensayos clínicos en cinco países –EEUU, Reino Unido, China, Australia y Alemania– y que esperan que pronto se hagan en otros. “Estamos en el buen camino hacia el desarrollo de la vacuna”, señaló.
La responsable incidió en que los procesos de control del desarrollo de la vacuna pandémica permiten garantizar la seguridad de ésta, aunque “ninguna vacuna tiene efectos secundarios cero”.
Interrogada sobre cuáles pueden ser estos efectos, citó algunos “leves”, como fiebre, dolor, náuseas o mareos, pero dijo que en algunos casos pueden darse otros más raros y graves.
Kieny quiso calmar los temores surgidos en algunos medios acerca de los efectos que puede tener la inmunización contra el nuevo virus en grupos vulnerables, que previsiblemente serán los primeros en ser inoculados.
“A lo largo de décadas, se han administrado millones y millones de vacunas a niños, mujeres embarazadas y otros”, subrayó.
Conforme al último balance publicado esta semana por la OMS, ya hay más de 162.000 infectados y, aunque en la gran mayoría de los casos la enfermedad tiene síntomas leves, ha causado la muerte de 1.154 personas.
La OMS pide a los países estrechar la vigilancia
La Organización Mundial de la Salud aconsejó a los países que planean administrar rápidamente la vacuna contra la gripe AH1N1 a sus poblaciones que lleven a cabo una vigilancia “intensa” sobre la seguridad y eficacia después de la inoculación.
La OMS considera imprescindible esta vigilancia dado que numerosos países, entre ellos Europa y EEUU, planean aprobar la vacuna contra este nuevo virus por la vía de urgencia, lo que implica suspender algunos ensayos clínicos.
Avisa de que “la presión del tiempo significa que los datos clínicos en el momento en que la vacuna pandémica sea administrada serán inevitablemente limitados. Serán necesarios más test sobre la seguridad y la eficacia después de que haya comenzado la administración de la vacuna”.
La OMS calculaba hasta ahora que una vacuna contra este nuevo virus pandémico no estaría lista hasta al menos noviembre si debía pasar todos los ensayos clínicos de rigor.