Pedro Sosa, una ejemplar persona que dedica su tiempo a ayudar a los demás mediante la música, la medicina y la cooperación, ofrecerá un concierto solidario en el Auditorio Box Sevilla el 14 de diciembre, donde todo lo recaudado irá para De Hidalgos y Cometas, un proyecto para la creación de escuelas en Tanzania.
Sosa, un hombre entregado en cuerpo y alma a proyectos solidarios, tuvo a bien visitar la redacción de Viva Sevilla, donde explico, con una naturalidad fuera de lo común y grandes dosis de humanidad, sus actividades y vivencias.
Inminente concierto benéfico. ¿Cuéntenos dónde y cuándo será y con qué finalidad se realiza De Hidalgos y Cometas?
–El concierto tendrá lugar en el Auditorio Box Sevilla el 14 de diciembre. Es un evento impulsado por el proyecto De Hidalgos y Cometas, que además es el nombre de mi último disco, en colaboración con la Fundación Carpio Pérez, una institución que tiene como misión construir escuelas en Tanzania. La recaudación del concierto irá íntegramente a este fin.
¿En qué otros proyectos solidarios anda involucrado?
–Soy presidente de Universo de Trapo, una asociación para la transformación social a través del arte. Nos dedicamos a generar productos artísticos para que las asociaciones, fundaciones y ONGS puedan recibir un impulso a través de conciertos, presentaciones de discos o libros y otras actividades culturales como exposiciones de pintura o fotografía. Todas las recaudaciones van destinadas a este fin. También con este disco impulsamos un proyecto en Benín, el Centro de Capacitación y Formación Agraria para Mujeres. Hay que destacar que hablamos de un país donde la mujer no tiene ni derechos civiles. Colaboro desde hace años en Honduras en una casa para enfermos terminales. Pero hay que dejar claro que todo se hace en equipo. Participan desde los músicos que me acompañan hasta los de producción, gestión de redes sociales y muchos más. Todos son miembros de Universo de Trapo.
¿Es usted un médico cantautor con alma de cooperante?
–(Risas) Mira, no sé cómo podría definirme, no sé quién soy pero sí tengo claro para qué estoy hecho y cuál es mi misión en esta vida. Trabajando de voluntario, con 18 años, descubrí que mi lugar está cerca de la gente terminal. No me preguntes por qué, sé que ahí es donde doy más como ser humano.
¿Cambiaría los premios musicales que ha recibido por fondos para sus proyectos solidarios?
–Sin ningún tipo de duda. Cada premio o reconocimiento que he recibido ha sido un impulso más para seguir en esta línea.
¿Su primer disco, ‘Razones 2003’, es una declaración de intenciones de lo que quería hacer en la vida?
–Si, Razones llegó en un momento vital fundamental. Termino Medicina y me planteo si llevar mi vida hacia la música o hacia la medicina. Ahí me di cuenta de que no podría ser el médico que soy sin la música, ni el músico que soy sin la medicina. La gran ventaja que tengo es que no dependo de nadie, ni de discográficas ni de productoras, para hacer lo que creo que debo hacer. Si sé quiénes son mis patronos, son la gente a la que he podido ayudar, que viven en la otra punta del mundo pero están aquí, muy cerquita. Con Razones aprendí a compaginar todas esas cosas. Música, medicina y cooperación.
