Ciudadanos es el partido que más votantes roba, si se permite la expresión, a otras formaciones políticas, hasta el punto de que dos sextas partes de sus sufragios en la provincia de Sevilla si ahora se celebraran elecciones autonómicas provendrían en casi similar proporción del PSOE (17,2%) y del PP (15,6%), según una nueva entrega del sondeo realizado por SW Demoscopia para Viva.
El partido con el electorado más fiel es el PSOE: un 93,9% de quienes lo votaron en las elecciones autonómicas de marzo de 2015 le volverían a entregar su sufragio ahora. Curiosamente, se registra un nulo trasvase de votantes de Ciudadanos al PSOE, al menos hasta el momento, pese al apoyo que el partido naranja prestó para la investidura como presidenta de Susana Díaz. Tampoco los andalucistas se decantarían por entregar su voto al PSOE pese a su actual orfandad política.
Los pequeños caladeros de votos del PSOE en otros partidos radican por tanto en el PP (un 2,6%) y, en similar proporción, de las fuerzas a su izquierda: un 1,7% tanto de Podemos como de IU.
El PP es el segundo partido con un electorado más fiel: el 91,5% de quienes lo votarían en unas autonómicas ya lo hicieron hace dos años. Por tanto los populares sólo son capaces de ampliar su base electoral a costa de otros partidos en un 8,5%. Se nutre, fundamentalmente, de desencantados con Ciudadanos (un 3,7% son exvotantes naranjas) y en menor proporción (un 1,21%) de antiguos votantes socialistas, andalucistas, de Podemos y otros. Como demostración, una vez más, de que PP y Podemos son como el agua y el aceite, que nunca se mezclan, ni un solo votante de Podemos en las pasadas autonómicas habría cambiado ahora su voto por el PP, y viceversa. La repulsión es mutua.
Ciudadanos pesca en todos los caladeros y no sólo entre antiguos votantes de PSOE y PP: sus redes capturan un 3,1% de electores que hace dos años votaron a Podemos, otro tanto de andalucistas, un 1,6% de IU y similar de otras formaciones.
De esta manera, sólo el 54,7% de quienes votarían a Ciudadanos en unas próximas autonómicas si ahora se celebraran lo hicieron hace ya dos años, porque el partido está creciendo en intención de voto tanto a derecha como a izquierda y fagocitando sufragios a todas las fuerzas del espectro político.
El votante de Cs es profesionalmente activo (en su base electoral cuenta con pocos parados y jubilados) y también muy prescriptor, ya que aprovecha sus contactos profesionales para influir en favor de la opción política por la que se decanta. Por ejemplo, su batalla en pro de los autónomos se traduce en que goce del máximo apoyo por parte de este colectivo, el 11,1% de sus electores.
Podemos es, tras PSOE y PP, la formación con el electorado más fiel: el 80,9% ya lo votó hace dos años y repetiría ahora. No tiene predicamento ni entre los votantes del PP ni los del PA (ninguno lo votaría), y se nutriría por igual (un 7,4%) de antiguos votantes del PSOE y de IU.
IU, por su parte, no capta a ningún votante del PP ni tampoco de Ciudadanos. Pese a su leyenda de votantes fieles a marcha martillo, en la provincia de Sevilla el grado de fidelidad baja al 72,4% y supera sólo a un recién llegado como es Ciudadanos. El tercio de votos restante se alimenta de, sobre todo, exelectores de Podemos, en un 13,8% (proporción que duplica a los que le quita el partido morado); PSOE (un 10,3%) y Partido Andalucista (un 3,4%).