Un total de 462 personas han visitado en los tres primeros meses de 2017 los palacios de Altamira y de Miguel de Mañara, sedes de la Consejería de Cultura, a lo largo de 23 visitas guiadas. Una cifra muy destacada que supera con creces los datos de años anteriores, ya que en todo 2016 se registraron 315 visitas y el año anterior, 380, y que pone de manifiesto la gran acogida que está teniendo esta iniciativa entre la ciudadanía y entre diversos colectivos. Para el mes de abril está previsto que otras 108 personas visiten ambos edificios en otras cinco visitas programadas, pese a que éstas se suspenderán durante la Semana Santa y la semana de Feria. Con este dato, se eleva a 570 las visitas registradas en los cuatro primeros meses de 2016.
La apertura al público de estos edificios todas las semanas para visitas concertadas se inició en enero de 2015 con el objetivo de difundir el rico legado histórico y arquitectónico que encierran estas dos joyas del patrimonio civil sevillano, ambas ubicadas en el barrio de San Bartolomé, antigua judería de Sevilla.
Las visitas se hacen de manera conjunta a los dos palacios los martes y jueves (no festivos) en horario de 11.00 h a 12.30 horas, son gratuitas y están guiadas por personal cualificado. Para concertar la visita es necesario reservar en el correo electrónico
visitas.altamira.ccul@juntadeandalucía.es (el orden de prelación de visitas se regirá por riguroso orden de llegada de solicitudes). A lo largo de todo el año, excepto en los meses de julio y agosto, en los que se suspenden las visitas, miembros de numerosos colectivos de mayores, vecinos y mujeres y entidades sociales y ONGs, así como ciudadanos particulares, participan en esta iniciativa.
Dos joyas del patrimonio
El Palacio de Altamira fue edificado por el Justicia Mayor del Reino, don Diego López de Stúñiga, quien, tras la compra de cons-trucciones colindantes, levantó sobre ellas a fines del siglo XIV un palacio de gran entidad siguiendo el modelo de los Reales Alcázares de Sevilla. Durante los siglos XV y XVI la mansión estuvo ligada al linaje de los Stúñiga (o Zúñigas), Condes de Plasencia, Duques de Bejar, Marqueses de Villamanrique y de Ayamonte y, posteriormente, Condes de Altamira por cuyo nombre se conoce hoy día al palacio. De todos sus propietarios el palacio recibirá obras y mejoras. A lo largo del primer tercio del siglo XVII se construyó la crujía de fachada. Durante la segunda mitad del siglo XIX el palacio dejó de estar vinculado a los Condes de Altamira aunque el título pervivió para designarlo, convirtiéndose en casa de vecinos. La Junta de Andalucía terminó adquiriendo el edificio para restaurarlo y destinarlo a sede administrativa.
Por su parte, el edificio conocido como Palacio de Mañara se halla ubicado en pleno corazón de la antigua aljama (judería) de Sevilla. De antiguo origen islámico, en el siglo XV se procedió a la construcción de un nuevo edificio al que denominamos Casa Mudéjar que, a su vez, sería derribado por Don Juan de Almanza para super-poner el palacio actual que sigue fielmente los dictados ornamentales del Renacimiento. En 1623 es comprado por Don Tomás de Mañara y Colonna, Cargador de Indias, quien adaptó el inmueble a la moda de su época. De su hijo, Don Miguel de Mañara y Vicentelo de Lecca, fundador de la Hermandad de la Santa Caridad, es de quien el Palacio toma su actual denominación. Durante los siglos XVIII y XX tuvo los más diversos usos: domésticos, militares, fabriles, religiosos y, por último colegio. En 1989 es comprado por la Junta de Andalucía para sede institucional.