Un total de 71 iniciativas empresariales de economía colaborativa han sido identificadas en Andalucía, de las que un 60 % se han creado entre los años 2014 y 2015, según una investigación de Andalucía Emprende, un entidad dependiente de la Consejería de Economía y Conocimiento.
Esta investigación, realizada en 2015 y 2016, ha constatado que la economía colaborativa es un nuevo sector de oportunidad para el desarrollo económico y el emprendimiento, según ha informado hoy la Junta de Andalucía.
Este tipo de actividades se han desarrollado, principalmente, al amparo de las nuevas tecnologías y están dirigidas a personas que desean intercambiar, alquilar o compartir productos, servicios y experiencias, cuya conexión se realiza mediante una plataforma web o una aplicación tecnológica (app) que aporta la empresa.
Las empresas de economía colaborativa en Andalucía se concentran fundamentalmente en las provincias de Sevilla (40 %, con 27) y Málaga (23 %, con 16).
En cuanto a su área de actividad, normalmente suelen clasificarse en función del bien o servicio objeto de intercambio, como pueden ser conocimiento, diseño-producción, espacio, alojamiento, alimentación, movilidad, servicios, financiación, turismo y cuidados.
En la comunidad autónoma más de la mitad (40) corresponden a proyectos de coworking (espacios de trabajo compartidos).
De los 31 casos restantes existe una gran variedad de temáticas, que abarcan desde turismo, movilidad o alojamiento, pasando por los servicios financieros o los servicios domésticos.
Entre las iniciativas existentes destacan Ecofoodnet, una red social para el intercambio de comida casera ideada por tres jóvenes emprendedores en Algeciras en 2014.
En movilidad, Bluemove, una empresa de "carsharing" ubicada en Sevilla; mientras que en intercambio de bienes es interesante CHICFY, una plataforma dedicada a la compraventa de ropa, calzado y complementos de segunda mano ideada, entre otros, por la linense Laura Muñoz y desarrollada desde Málaga.
También existen iniciativas que crean espacios físicos, es el caso de La Casa Amarilla (Málaga), nace con la idea de servir como 'casa de artistas' locales de diferentes disciplinas artísticas.
Por su parte Eurasmus ofrece una solución global al complejo proceso de preparar una estancia por estudios en el extranjero; mientras que desde Almería llega NIDMI, que combina redes sociales con la oferta y demanda de servicios domésticos.
Por lo que respecta a la forma jurídica de estas empresas, la inmensa mayoría son sociedades limitadas (84,5 %), mientras que el 10 % son entidades de economía social, entre cooperativas, sociedades laborales y asociaciones.
Lo más habitual es que cuenten con dos personas como socias promotoras y en cuanto a su plantilla, tienen un espectro laboral de micropymes: en su mayoría tienen entre los dos y los cinco trabajadores (el 73%).
Respecto a la forma de financiación, estas startups suelen iniciar su actividad mediante la aportación inicial de los socios, con respaldo por parte de administraciones públicas.