El presidente del Sevilla, José Castro, ha afirmado hoy en rueda de prensa que es "triste comparecer para hablar de un tema tan desagradable como es el posible cierre parcial del estadio" Ramón Sánchez Pizjuán propuesto por el Comité de Competición "cuando el equipo está como un tiro en lo deportivo".
"Todos tenemos que hacer un esfuerzo para que no haya más cánticos ofensivos de forma coral. Esos cánticos sólo nos perjudican en lo deportivo, económico y en lo social. No podemos dispararnos sobre el pie porque no me quiero ni imaginar que tengamos que luchar por cosas importantes lejos de nuestro estadio", ha añadido Castro.
El dirigente sevillista ha asegurado que mantendrá "contactos con diferentes grupos de sevillistas con el "objetivo de que en los diez partidos en casa que quedan" hasta el final de la Liga "no haya ni un insulto".
Castro ha lamentado la incoación de "28 expedientes que suponían 300.000 euros de multa" y, aunque los "servicios jurídicos lo han podido reducir a 120.000", ha mostrado el deseo de que "todos los clubes sean tratados igual".
Ha recordado que "en otras ocasiones" ya ha "defendido los intereses del Sevilla en esta materia" pero necesita "el apoyo de todos para no perjudicar al club en esta temporada tan bonita"; y ha insistido en "la obligación de zanjar esto" para no sufrir "un daño irreparable".
Además, Castro ha aclarado que "la solicitud del cierre de esa grada viene por el Sevilla-Málaga" y señalado que teme mayores sanciones cuando se trate el "cántico coral que hubo contra el Real Madrid por todo lo que surgió tras lo de Sergio Ramos".
El dirigente sevillista ha recalcado que acude "a todos los partidos fuera de casa y también se escuchan insultos", algo que ha "dicho en los foros necesarios" y considerado que "para tener fuerza, hay que dar ejemplo en tu estadio" aunque ha renunciado a "denunciar a otros porque eso no beneficia. Mal de muchos, consuelo de tontos".
Castro ha insistido en su "tristeza por este asunto", ya que "con una temporada ejemplar en lo deportivo, da pena" alimentar un conflicto que supone "dar armas a los rivales y que haya que jugar algún partido lejos del Ramón Sánchez-Pizjuán".