La Feria de San Lucas ha llegado a su ecuador y no se ha librado de la lluvia. Ayer, festivo por el Día de la Hispanidad, la ciudad quedó empapada por una lluvia constante durante toda la jornada. Sin embargo, era un día de fiesta, con comidas programadas, especialmente por muchas familias, y los jienenses se echaron a la calle. Eso sí, lo hicieron cubiertos con paraguas, con calzado cerrado y con chaqueta de abrigo.
El paseo central del recinto ferial es estos días una pasarela y desde ayer se lucieron estilismos propios del otoño y no del verano, como en los primeros días de la feria. Lo que no cambiaron fueron las mujeres vestidas de flamencas, que ayer llenaron de color un día gris por la meteorología.
Las ganas de diversión en un día festivo como ayer se notaron en el recinto ferial, con menos gente en sus calles, pero con casetas casi llenas. La afluencia fue menor respecto a los días anteriores, en los que el recinto ferial se quedó pequeño ante una satisfacción grande entre los caseteros. En cuanto a los establecimientos hosteleros de la zona centro, ayer se vaciaron bien entrada la tarde, después de una jornada de mediodía que funcionó.
Y es que en Jaén la lluvia no es un inconveniente para disfrutar de la Feria de San Lucas. De hecho, es algo que se espera y ya se contaba con que ayer lloviera. Como dice el refranero “En octubre, agua del diez al veinte, es conveniente”. Pues eso…y hoy más, ya que se esperan chubascos y una máxima de 17º.
Aún queda la mitad de la Feria de San Lucas para disfrutar de jornadas de ocio, diversión, música, baile y gastronomía en compañía de familiares, amigos y compañeros de trabajo. Las previsiones de los caseteros son buenas, según el presidente Alberto Palomo, que confía en el próximo fin de semana y en la fiesta del 18 de octubre.
