Luz al final del túnel. Gregorio Vives ha puesto fin, tras nueve días, a la huelga de hambre que mantenía a las puertas del Ayuntamiento tras la precaria situación económica que estaba viviendo al llevar siete años en situación de desempleo, a lo que se unía su situación física ya que hace varios meses había sido operado de cáncer de estómago.
Pues bien, sus reivindicaciones para abandonar la protesta han sido escuchadas y Gregorio desde este miércoles ha regresado a su casa donde le esperan su mujer y tres de sus cuatro hijos. El propio protagonista de esta historia relataba los motivos por los que ha decidido abandonar la huelga. “Por parte del área de Bienestar Social se pone en práctica una medida que es una aportación durante medio año -de 330 euros- renovable para un año, y compatible para que en un futuro venga la solución de la tramitación de las ayudas para los 45 años, un muro al que me he enfrentado durante los últimos cuatro años, van a mediar a través de Juzgados y de todos los medios que correspondan para encontrar una solución”.
“Con eso yo ya tengo un poco más de esperanza y no estoy tan desnudo en la vida”, afirma Vives, quien destacaba el hecho de que podrá vivir la Navidad con su familia tras nueve días de incertidumbre. “Era lo que más temía. Creí que me iba a tener que comer los turrones que me iban a regalar los vecinos justo enfrente del Ayuntamiento. Gracias a Dios se ha podido llegar a un entendimiento y han mostrado interés en buscar una solución”.
