La filosofía es clara y la resume con la siguiente apreciación Jesús Damián de la Rosa, investigador principal de la Unidad Asociada CSIC-UHU ‘Contaminación atmosférica’: “Hay que tender a un aire cada vez más limpio y que tenga menos impacto sobre la salud, porque todo lo que hagas en medio ambiente, te lo ahorrarás en salud”.
Con ese objetivo, De la Rosa y su equipo trabajan en la localización de los contaminantes invisibles, “los que no huelen, no tienes constacia de ellos, están en bajas concentraciones”, pero están en el aire de Andalucía. Para localizarlos y hacer una especie de mapa del aire de Andalucía, la unidad de este científico onubense controla 21 de las 100 estaciones de la red de calidad del aire de la Consejería de Medio Ambiente, que lleva haciendo muestreos de hasta 65 componentes desde 2007 (en Huelva desde 1999), y cuyos resultados más recientes se resumen a continuación.
Industria química
Hay dos zonas especialmente marcadas por la actividad del sector químico en su entorno: Huelva y el Campo de Gibraltar. La acción de estas empresas, siempre en el complejo debate entre empleo y salud, genera un cóctel químico en el aire de esos lugares. Así, los habitantes del Campo de Gibraltar conviven en su aire con sustancias como cobalto, cromo, níquel, vanadio y lantano. Por su parte, en Huelva, el selenio, el bismuto, el cobre, el zinc y el fosfato son unos onubenses más, además del arsénico, aunque este elemento se ha reducido “a la mitad” desde 2014 a esta parte, gracias fundamentalmente a la parada de producción de dos meses que a finales de 2013 hizo Atlantic Copper, en la que llevó a cabo medidas correctoras.
Por último, en cuanto a incidencia de la actividad industrial, la metalurgia deja en el aire de Córdoba contaminantes invisibles como zinc, cobre y cadmio.
Tráfico y candelas en casa
La acción del tráfico ensucia especialmente el aire de las ciudades de Sevilla y Granada, con anomalías por la presencia significativa de estaño, antimonio y hollín. En contraposición, ciudades como Jaén, Almería y Málaga “parece que son las más limpias”, mientras que la zona de la Bahía de Cádiz “es una de las más limpias de Andalucía”.
Llama también la atención que en las zonas rurales de Andalucía, la calidad del aire es buena, menos cuando llega el frío y se encienden las chimeneas en casa, lo que llena el aire de contaminantes a causa de la combustión de la biomasa.
Es un somero resumen de los últimos resultados de un trabajo cuyas utilidades las explica De la Rosa: “Mejorar la instalación de nueva industria, hacer planes de reordenación del tráfico y planificar la ubicación de colegios, guarderías u hospitales”.