José Rodríguez Farina de la Isla fue justamente homenajeado en el Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León este viernes en un acto organizado por la asociación La Fragua y Flamenco de La Isla, en el que participaron cantaores y guitarristas locales que además ofrecieron un cuadro meridianamente claro del potencial cantaor y tocaor de la ciudad en estos momentos.
Farina de la Isla, dijo de él Pepe Rosa, reunía todas las cualidades para ser un gran cantaor reconocido en el mundillo del flamenco, aunque nunca quiso dar el paso a la profesionalidad y dejar a su madre en La Isla cuando para triunfar había que salir fuera. Algo que, por cierto, no ha cambiado mucho con el tiempo.
El primer teniente de Alcaldía, Francisco Romero y el delegado de Cultura, Juan José Carrera, le hicieron entrega de una placa conmemorativa y de un relieve de la fachada del Ayuntamiento dentro de la parte institucional del acto, mientras que los cantaores y tocaores de la ciudad pusieron el resto en casi una hora y media de cante.
El propio Farina, después de dedicar su actuación a su familia, amigos y a los presentes, apuntó los cantes por soleá, fandangos, bulerías y alegrías de Cádiz en una demostración que cualquier aficionado traduce en que lo que dijo Pepe Rosa sobre el cantaor isleño, ahora con 84 años de edad, era la pura razón. Reunió todas las cualidades para haber sido un grande.
Desde Jesús Castilla que abrió las actuaciones con la guitarra de Javi Sánchez hasta Paquito de la Isla, que las cerró acompañado por Paco Guerrero, todos dejaron muestras de cariño y respeto por el homenajeado.
Rafael Vargas con Carlos Rodríguez, al igual que lo hiciera Manuel Lucas; Pedrín García acompañado por Paco Guerrero; Antonio El Patilla, con Javi Sánchez; Jesús de Lucas también con Javi que reanudó las actuaciones después del acto de homenaje; Pedro Plata Platero de la Isla y Joaquín de Sola acompañados por Carlos Rodríguez y Antonio Aparicio Niño del Parque, con la guitarra de Paco Guerrero antes de que cerrara Paquito de la Isla, dejaron un testimonio de consideración y respeto al homenajeado. Además de representar, todos unidos, el actual potencial flamenco de San Fernando que es más, porque no estaban todos.
Si el Centro de Congresos no tuviera una hora de cierre, todavía se escucharía cante.
