Pese a este aumento del agua embalsada, que eleva la tasa de embalse al 49,5%, los casi 2.500 hectómetros cúbicos acumulados no garantizaran aún una dotación normal para el regadío en esta cuenca, estipulada en unos 1.500 hectómetros cúbicos.
Esta dotación de riego de cultivos se garantiza cuando los embalses de regulación general se acerquen a los 3.000 hectómetros cúbicos, pues de este aforo hay que descontar unos mil hectómetros comprometidos como reserva estratégica para el consumo humano y el mantenimiento del caudal ecológico, y otros quinientos no utilizables por el aterramiento de los embalses.
Por otra parte, los embalses de la cabecera del Tajo, Buendía y Entrepeñas aumentaron sus reservas de agua la última semana en 10 hectómetros cúbicos, con lo que acumulan 567 hectómetros de los 2.474 posibles, es decir el 22,92% de su capacidad.
Mientras, los embalses de la Cuenca Hidrográfica del Ebro están al 75,1% de su capacidad, con 5.562 hectómetros cúbicos de los 7.403 que pueden albergar en su totalidad, después de aumentar un 2,8% su volumen hídrico en la última semana.
En la actualidad, el agua embalsada se encuentra por encima de la cifra del pasado año y supera el promedio de los años 2004 a 2008.