La sala principal de la Biblioteca del Real Observatorio de la Armada acogió la cesión y recepción de parte de la biblioteca particular de Don Alberto Orte Lledo, fallecido a principios de 2011. El almirante Orte estuvo en el Observatorio desde 1946 en que entró como alumno de la Escuela Superior hasta que lo abandonó en 1984 dejando el puesto de director. Él fue el que peleó para que el Observatorio se pudiera dedicar a la medida del tiempo, consiguiendo los relojes atómicos que ahora son el patrón horario oficial de España.
El actual director del Instituto, capitán de navío Miguel Vallejo Carrión, firmó el acta de recepción junto a María Dolores Orte Maturana, acompañados de algunos miembros de la familia y de los mandos del Real Observatorio de la Armada. El cuadro del que fuera director del centro fue bajado para presidir la firma y luego de nuevo colocado en la galería de directores sobre las estanterías de la biblioteca.
En los treinta y ocho años “de dedicación plena, entusiasta, rigurosa y llena de éxitos” en el Observatorio, Orte Lledó pasó por diversas responsabilidades en la Sección de Astronomía, Jefe del Servicio de Hora, Jefe de Sección, Subdirector, y desde el año 1977 director hasta su marcha del Observatorio.
Vallejo Carrión señaló tras la firma que “siempre oímos hablar en términos positivos y elogiosos de su persona a todos aquellos con los que había coincidido en sus años de permanencia en el Observatorio, no solo desde el punto de vista científico y militar donde todos resaltaban sus excepcionales cualidades de rigor, conocimiento, experiencia y visión de futuro que le hicieron alcanzar las más altas cotas de prestigio y reconocimiento no solo en España, sino en toda la comunidad científica internacional, arrastrando con él a la Institución a la que representaba. Siendo esto importante, aun más admirable nos resultaba el que estos elogios y admiración se extendieran de igual forma a sus cualidades humanas y personales: honradez, caballerosidad, ejemplaridad con los subordinados, etc. fueron siempre aspectos de su persona que continuamente nos eran puestos de ejemplo a imitar cada vez que se hablaba del Almirante Orte, de Don Alberto, como respetuosa y cariñosamente era recordado por aquellos que aun muchos años después de su marcha del Observatorio, mantenían y mantienen vivo el recuerdo de su persona”.
El director del Observatorio recordó que cada vez que se organizada en el Observatorio algún tipo de reunión, congreso, asamblea, etc. ya fuera de ámbito nacional como internacional, “aquellas personas veteranas en este mundo de las ciencias que venían al Observatorio a participar en él, una de las primeras cosas que preguntaban al llegar, no era ni por el programa de la reunión, ni que lugares se podían visitar, ni dónde comer etc. Siempre preguntaban por Don Alberto, cómo se encontraba y si seguía viviendo donde la anterior vez que cada uno nos había visitado porque querían sacar un hueco en las muy apretadas agendas, para ir a saludarlo a su casa”.
“Cuando estas circunstancias se repiten una y otra vez, y de la mano de personas del más alto nivel de prestigio mundial en campos muy diversos de la ciencia y la investigación, uno empieza a tomar conciencia de la personalidad, valía profesional y valores humanos del Almirante Orte”, manifestó Vallejo Carrión.
Luis María Rosety Fernández de Castro fue quien agradeció en nombre de la familia Orte Maturana las palabras del director señalando lo que Alberto Orte había significado para todos, desde el plano familiar hasta el científico y sobre todo, el ejemplo que supuso para todos y cada uno de los que vivieron con él.