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Espacio Camarón

Dónde se hará, cómo será, cuánto dinero se puede invertir en ello.

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Independientemente del optimismo del alcalde comparando el espectacular museo de Bilbao con lo que será el Museo Camarón -y el optimismo nunca es malo mientras la realidad lo controle- lo que se ha conseguido es tan importante como el propio Loaiza manifestaba al declarar que “sin el patrimonio del cantaor, no hay nada, ni museo ni nada” .

Pero lo que falta por conseguir tampoco es baladí y además se antoja harto complicado si se atiende a la comparación preferida de Loaiza, el Guggenheim.  Allí hay mucho talento por metro cuadrado y hacer realidad el sueño equivale a contar, para empezar, con el talento suficiente para hacer algo que llame la atención del mundo entero. Y el talento no se compra.

Queda todo por aclarar, entre muchas cuestiones, la ubicación que será motivo “de otra rueda de prensa”, en palabras del alcalde. Y ubicaciones hay muchas candidatas, una por cada opinión de cada isleño, pero sólo una puede reunir todas las condiciones.

Dónde
Independientemente de que por la puerta tiene que caber el Mercedes de Camarón, no será por edificios que han sido rehabilidados o están en fase de rehabilitación, como el castillo de San Romualdo sobre el que nadie ha aclarado a qué lo van a dedicar.

Sin hablar del Parque de la Historia y el Mar, posiblemente el espacio mejor preparado para una musealización moderna -aunque dejaron sin instalar los cables para un circuito de seguridad obligado en un museo, algo, por otra parte, subsanable- aunque cuenta con el agravante de su lejanía y mala comunicación con el resto del mundo.

Se ha hablado de la antigua sede de la Cruz Roja, en proceso de expropiación y hasta con un proyecto de musealización realizado, pero con el hándicap de que al coste de la expropiación hay que sumarle un mínimo dos millones de euros para su rehabilitación, sin contar con que un museo implica medidas extraordinaria cuyo coste había que sumar a la suma.

Se puede hablar de la Casa Lazaga, de propiedad municipal desde hace un decenio de la que se dice, una vez más, que ya está listo el pliego de condiciones para ponerla en valor, aunque la rehabilitación puede estar por el millón de euros, poco más o menos. Y sigue estando presente el problema del Mercedes.

La última de las posibilidades es la de construir un edificio ex profeso para ello, adaptado a lo que hay y no al revés, que es como tomarse medidas antes de comprar una camisa. Un fórmula que siempre consigue que la camisa luzca como debe.

Qué museo
Y además de esos trabajos pendientes, hay que conocer también -que se supone que será para otra rueda de prensa- qué clase de museo se pretende hacer, que sobre eso hay tantas posibilidades como gustos.

Se puede hacer un museo normal y corriente, del tipo del Museo Histórico Municipal, de colocar piezas y esperar a que la gente vaya a verlas previo pago de una entrada para mantener las instalaciones. Esa es la opción tradicional y la que mantiene casi vacíos la mayoría de los museos que no se llamen El Prado, el Louvre, el Reina Sofía...

Se puede hacer un museo moderno, haciendo honor a la modernidad en el flamenco que consiguió Camarón, complementando el patrimonio del cantaor con diversas aplicaciones informáticas capaces de proyectar su figura más allá de sus pertenencias y de sus sonidos.

Las posibilidades que existen en la informática son infinitas -en La Isla hay hasta empresas que se dedican a eso- y la posibilidad de reconvertir a Camarón de un revolucionario del flamenco a la revolución del flamenco -que son matices distintos- harían del museo algo más que un homenaje a un genio para ser un homenaje al flamenco mismo.

La posibilidad de que una persona que visita el museo se proyecte en una pantalla cantando con la voz de Camarón y acompañado a la guitarra por Tomatito, y llevarse una copia grabada por un módico precio... O convertirse en Tomatito y acompañar a Camarón, igualmente previo pago de la copia...

El mundo de la comunicación extraordinaria sólo está a expensas de encontrar a la gente extraordinaria que haga un mundo extraordinario: el Espacio (virtual) Camarón para los que consideren que recorrerse la ciudad entera no les aporta mucho más, que no tienen tiempo o que su concepto del espacio es más mundano.

Todo está pendiente pero ya está lo más importante, dice el alcalde. Y es verdad. Sin eso no habría lo otro. Y sin lo otro no habrá lo que hay. Y por cierto, nadie ha hablado de cuánto está dispuesto a gastar el Ayuntamiento para un revulsivo que cambie la ciudad.

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