Ante un aforo repleto de público que respondió con su presencia a esta propuesta, fue el propio Antonio Trigo quien iniciaba este concierto con su piano, para ir recibiendo a los diferentes músicos que se fueron incorporando a lo largo del recital, que contó con la compañía de la argentina Lila Horovitz al contrabajo, la suiza Sophia Quarengui, al violín, Marco Antonio, de Venezuela/EEUU en la percusión; la jerezana Rebeca Valencia, voz; o los artistas roteños David Gasca, al sintetizador; Francis Linares a la guitarra; y Félix Barrientos, encargado de la fotografía artística.
Desde el principio, con el piano de Trigo, hasta el final con la conjunción de todos los músicos, los asistentes disfrutaron de todos y cada uno de los temas que componen ‘El alma bonsái’, creando una atmósfera de la que el mismo autor se ha mostrado sorprendido y “muy agradecido”.