Austera pero multitudinaria

Acaba de finalizar la edición 2013 de la Feria de San Lucas y es hora de valorar lo que han sido estos días en los que los jienenses y cientos de visitantes han sido los protagonistas de unas fiestas en general tranquilas, en paz y sin grandes incidencias, que en términos generales ha cumplido con su cometido; y a pesar de la crisis los jienenses han intentado que se notara lo menos posible, aunque hay ciertamente situaciones que no se pueden esconder. Por lo demás casi diez días, que es lo que en realidad han sumado las fiestas, nos siguen pareciendo excesivos, por lo cual se han notado altibajos, cosa normal porque no siempre los horarios y los trabajos permiten vivir la feria a tope, y no digamos la economía,  El buen tiempo ha hecho todo lo demás, algo inédito por cierto en esta feria que casi siempre suele reservar algún hueco para la lluvia. Los jienenses, y los visitantes, han inundado en ocasiones el recinto ferial, sobre todo aprovechando los dos fines de semana, provocando aglomeraciones y enormes colapsos de tráfico, y un ambiente muy animado en la zona del casco antiguo con la feria de día, opción que se sigue abriendo paso entre tantos jienenses que la prefieren al bullicio, aunque la realidad indica que hay públicos para todos los gustos. La programación festiva ha sido en efecto muy austera pero son los tiempos que nos han tocado vivir y el ciudadano parece haberlo entendido. Dicho lo anterior, el protagonismo hay que anotarlo, como siempre, en el haber de todo Jaén que se involucra a manos llenas en la defensa de su feria de San Lucas y crea el ambiente propicio desde el primer momento hasta el último.