La tensión crece entre los dos países vecinos y enemigos mientras que el régimen de Pyongyang sigue aparentemente con sus preparativos para el lanzamiento de un misil de largo alcance, en desafío a la comunidad internacional.
Corea del Norte advirtió este jueves de que no podrá garantizar la seguridad de los aviones civiles surcoreanos que vuelan cerca de su territorio debido a las maniobras militares conjuntas previstas entre Corea del Sur y EEUU, por lo que Seúl decidió desviar los vuelos de sus dos compañías aéreas, Korean Air y Asiana Airlines.
La medida afectará a unos 200 vuelos –catorce rutas diarias– durante las próximas dos semanas, el tiempo que durarán las maniobras militares, del 9 y 20 de marzo.
La amenaza ha sido explícitamente dirigida contra los vuelos surcoreanos por lo que, de momento, las aerolíneas extranjeras no han comunicado variaciones en sus rutas.
Además, las autoridades de Seúl decidieron ayer desviar la ruta de los barcos comerciales que navegan en el Mar del Este (Mar de Japón) ante posibles provocaciones norcoreanas en esa zona fronteriza.
Ello afecta a los trece buques de contenedores que navegan entre la ciudad sureña de Busan y Rusia y se mantendrá vigente hasta que se haya suavizado la actual tensión, según la agencia local Yonhap.
En un comunicado oficial, Pyongyang declaró anteanoche que “no se puede garantizar la seguridad para los vuelos civiles surcoreanos” cerca de su territorio, “sobre todo alrededor del Mar del Este (Mar de Japón)”.
Fue la respuesta del país comunista a las maniobras militares entre Corea del Sur y Estados Unidos, que comenzarán este lunes como parte de sus ejercicios anuales, simulando una hipotética guerra con Corea del Norte.
Pyongyang tachó esas maniobras de un preludio de invasión, abriendo la posibilidad de un conflicto armado entre las dos Coreas, que están técnicamente en guerra al término de un conflicto bélico de tres años en 1953 sin la firma de un tratado de paz.
Seúl no tardó en reaccionar y urgió ayer a su vecino del Norte a retirar de forma inmediata su amenaza militar a los vuelos civiles, que calificó de una “violación de las normas internacionales” y un “acto inhumano”.
Desde Indonesia, donde se encuentra en visita oficial, el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, pidió el “cese inmediato” de las provocaciones norcoreanas y dijo que el aumento de las tensiones tiene efecto negativo no sólo para el futuro de las relaciones intercoreanas, sino para la paz mundial.
La tensión entre las dos Coreas se ha intensificado en las últimas semanas, tras admitir el país comunista que prepara el lanzamiento de un satélite de comunicaciones, que Seúl cree que será en realidad un misil de largo alcance.